El picudo
de la soja
El picudo de la soja fue encontrado en Brasil allá por 1973, y para fines de la década del 80 ya se pulverizaban unas 30 mil
hectáreas de soja para controlarlo. Más tarde, a principios del 90, apareció en Itapúa (Paraguay), y en el transcurso de la campaña
98/99, en algunos cultivos de soja del nordeste santafesino.
Los daños son ocasionados por adultos y larvas. Los adultos (picudos o
gorgojos) atacan tallos y pecíolos, fundamentalmente el brote principal,
deshilachando los tejidos exteriores y produciendo un anillado característico donde la
hembra coloca los huevos. Al nacer las larvas, estas penetran el tallo y se desarrollan en su interior, ejerciendo una acción endoparasítica que provoca la destrucción del sistema vascular al
roerlo con sus mandíbulas. Esto ocasiona la irritación de los tejidos vegetales, que reaccionan
formando una agalla y dificultando la circulación de agua y nutrientes (deformación de gran tamaño en tallos y ramas). La aparición de
esta agalla pone en evidencia la presencia del picudo que afecta al cultivo. En infestaciones elevadas pueden
encontrarse desde tres a ocho plantas daña- das por metro en una misma hilera.
Características de las plaga
Es un gorgojo que ataca la soja (de ahí su nombre vulgar picudo de la soja) perteneciente al género Sternechus. Se describen dos especies relacionadas con este cultivo en Brasil y Paraguay-. S. subsignatus Boheman
(Coleoptera: Curculionidae) y en la Argentina Sternechuspinguis (Fabricius), que fue encontrado en la campaña
87/88 en Tartagal (Salta), aunque no se transformó en una plaga de importancia económica. Costilla y Venditti (1989)
citan por primera vez la presencia de S. pinguis como una nueva plaga de la soja en la Argentina. Los adultos
colectados por productores de Campo Hardy (Osvaldo Muchut), en el norte de Santa Fe, en la campaña 199912000, confirman la presencia de Sternechus pinguis en la provincia, según la
identificación realizada por el ingeniero Raúl Rizzo, del Inta Castelar.
Los adultos son gorgojos grandes, de aproximadamente 8 mm de largo por 6 mm de ancho, con el rostro corto
encorvado hacia abajo, de color negro brillante y con franjas amarillas en la
parte dorsal del tórax próximas a la cabeza; las alas duras, formadas por pequeñas escamas. Su cabeza está armada con una fuerte trompa con la que rasga los tallos.
Las larvas presentan la forma típica de los curculiónidos blancos, levemente curvadas, grasienta con la cabeza
castaño oscura, sin patas y de aproximadamente unos 10 mm de longitud.
Ciclo biológico
Este insecto presenta una sola generación por año. La emergencia de los adultos ocurre a partir de octubre. La
hembra realiza la postura de huevos en el período comprendido entre noviembre y marzo; hace un anillo en el tallo
principal cortando la epidermis y parte de la corteza y luego coloca los huevos
sobre los tejidos previamente desgarrados. Cuando las larvas nacen, penetran en el interior del tallo donde se
alimentan, desarrollan y generan la agalla, visible exteriormente sobre la zona del anillo.
A partir de diciembre, hasta el final del cielo, en Reconquista se encontraron
larvas de diferentes tamaños que se alimentaban de la médula en el tallo. En esta fase las larvas presentan cinco
estadios, en el quinto de los cuales preparan cámaras en el suelo, en profundidades variables (5 a 10 cm), donde entran en diapausa. En este estado
permanecen desde febrero a octubre -en algunos casos hasta noviembre y no se alimentan; a partir de octubre se transforman en pupas y permanecen así durante un período relativamente corto (octubre a diciembre).
Los adultos comienzan a aparecer a partir de octubre. Después de la germinación de la soja, empiezan a salir de sus cámaras hasta alcanzar el pico
poblacional, a mediados de diciembre. El ciclo de esta especie se sincroniza con la del cultivo.
Según estudios en laboratorio hechos en Brasil, para la especie S. subsigna tus, las hembras viven unos ciento
veinte días y colocan un promedio de ciento ochenta huevos, mientras que los machos viven menos, setenta días
aproximadamente.
Dispersión de la plaga
El picudo de la soja fue mencionado por primera vez en Brasil en 1973 en la zona de Río Grande do Sul como plaga secundaria. La rápida expansión de
la soja en ese país, la eliminación de huéspedes primarios y el incremento de la superficie con siembra
fueron algunos de los factores que contribuyeron a que se transformara en una plaga principal.
Esta plaga adquirió importancia económica en Brasil, en las regiones de Pato Branco, Coronel Vivida, Francisco Betrao y Marílandia do Sul (PR),
donde alrededor de 30.000 ha fueron pulverizadas con insecticidas destinados a su control. Algunos cultivos en
Marilandia do Sul presentaron en la campaña SW84 hasta el 50% de plantas atacadas
(Hoffmann Campos et al., 1990).
A inicios de la década del 90 fue detectado por primera vez en ItaPúa (paraguay). Desde su aparición, los
aumentos en la población presentaron una importancia preocupante. El ataque de
la plaga es más intenso en lotes de siembra directa y labranza mínima aunque es posible encontrar también plantas dañadas por larvas y adultos en soja bajo labranza convencional- Según
información del Paraguay, el potencial de daño es alto porque tanto los adultos como las larvas perjudican a las
plantas, especialmente cuando la población es alta y ocurre en la fase inicial
del cultivo. En esta fase puede haber pérdida parcial o total del cultivo.
En el norte del país, durante la última campaña, se vio un incremento de poblaciones del picudo de la soja que
afectó el stand de plantas del cultivo, especialmente en las cabeceras.
Control cultural
Algunos elementos que debemos conocer para manejar la plaga son la rotación de cultivos, la elección de la época de siembra, los sistemas de
labranza, cultivos trampa, los controles natural y químico.
- La rotación de cultivos con plantas no hospederas puede interrumpir el ciclo del insecto por la falta de alimento.
Evaluaciones efectuadas en Brasil con la otra especie señalan que el picudo no se alimenta de maíz ni sorgo, ni coloca sus huevos en esas plantas. El girasol, maíz, sorgo y mijo no resultaron atractivos
para la plaga, donde decrecieron sus poblaciones, por lo cual las gramíneas y el girasol pueden incluirse en la rotación de cultivos estivales para sustituir el monocultivo de soja en siembra
convencional o directa (Silva, 1998). Para el norte santafesino, la rotación puede constituir la estrategia más eficaz.
- La época de siembra puede conformar una buena práctica para emplear en el manejo de algunas plagas,
especialmente las de ciclo anual, como es el caso del picudo de la soja.
Evaluaciones realizadas en Brasil indican que anticipar la época de siembra puede contribuir a la reducción de la
infestación (Hoffmann Campos et al., 1989). En la Argentina, por tratarse de una plaga secundaria y nueva, todavía no se tiene información.
- Los sistemas de labranza influyen en el establecimiento y la actividad de esta
plaga; consecuentemente, las poblaciones se incrementan y la productividad de las plantas decrece con labranza cero, y
ocurre lo inverso en suelos bajo labranza convencional (Silva et al., 1998). En
muestreos realizados en el campo de la estación experimental agropecuaria
encontramos desde 0 a 40% de plantas dañadas con agallas o quebradas al final
del ciclo de la última campaña.
Niveles de daño
Los niveles establecidos para el picudo de la soja en Brasil se adaptaron a nuestra plaga hasta tanto no se ajusten a nuestra especie y condiciones agroecológicas. La clave radica en saber ver el
adulto en el campo y detectarlo en los estadios iniciales de crecimiento del cultivo. A partir de un
adulto/m en el estadio fenológico de V3 y de dos adultos/m en V6 se observaron diferencias en
rendimiento y altura de planta, comparados con testigo sin la presencia de la plaga. A medida que se incremento el número de insectos por metro, se obtienen
correlaciones positivas importantes de rendimiento con población y altura de
planta y correlación negativa entre el número de plantas dañadas y el rendimiento
(Hoffmann Campos et al., 1990).
Control Químico
En evaluaciones de insecticidas realizadas en Brasil, Oliveira y Hoffinann Campo (1984) lograron un control eficiente con
clorpirifos etil 480 g ia/ha, monocrotofos 150 g ia/ha, deltametrina 7,5 g ia/ha, metil parathion 400 g
ia/ha, profenofos 400 g ia/ha y metidation 200 g ia/ha.
Conclusión
Por ahora es solo una plaga secundaria; pero conocer al enemigo es la mejor defensa, Ya que si se transforma en un
problema tendremos toda la artillería preparada, explicó la ingeniera María
Ana Sosa. La profesional agregó que del manejo que se haga en nuestros campos dependerá que la plaga se expanda o no, concepto que
incluye la rotación de cultivos, ya que sorgo, maíz, girasol y algodón no le sirven como
alimento. Asimismo manifestó que la clave está en el monitoreo del cultivo en
etapas tempranas y en detectar la presencia del adulto y el daño temprano, que aparece como un
deshilachado de los tejidos.
-¿Cuál se considera que es el potencial de expansión de esta plaga?
Podría expandirse al aumentar la superficie de siembra directa. Por ahora la localizamos hasta el área de Reconquista
y no tenemos información de que haya llegado más al sur.
-¿Es esperable que, al igual que otras plagas y enfermedades, se produzca un pico de daño al no encontrar tal vez el insecto enemigos naturales que lo controlen y ello afecte marcadamente el rendimiento en
alguna campaña?
Es probable que ya tenga enemigos naturales asociados con esta plaga, como por ejemplo nematodos entomopatógenos, que atacan a otras larvas de gorgojos presentes en la zona. Pienso que la variabilidad en las
infestaciones anuales puede estar ligada también a factores ambientales y de humedad edáfica, como por
ejemplo
inviernos fríos y secos. En inviernos húmedos puede haber un mayor control natural por nematodos y hongos.
-Dentro de las prácticas de control no se hace ninguna vinculada al
genotipo. ¿Se puede esperar alguna mejora en el control del daño vía
mejoramiento genético?
Tal vez haya cultivares que no le ofrezcan mayor resistencia al adulto para
alimentarse y oviponer, pero no recuerdo haber leído algo al respecto. En el caso de las sojas Bt, yo no las
contaría porque están dirigidas a ( orugas defoliadoras y no a otros
órdenes de insectos.
-En el caso de los lotes afectados, como el de la experimental en el que se encontró
hasta el 40% de las plantas con agallas ¿cuál fue la merma de rendimiento que
adjudican a esta plaga?
-No medimos la pérdida de rendimiento, Ya que solo se efectuaba un sondeo para conocer
la distribución en el campo de la experimental. En el caso en que encontramos alto porcentaje de plantas con agallas, su ubicación variaba cuando está en el eje principal, la pérdida es
mayor, y decrece cuando se ubica en ramas laterales A veces encontramos más de una agalla por planta. Para
hacer el muestreo algunos al azar cincuenta a a cien plantas Y determinamos el porcentaje de las que tenían agallas.
Generalmente se observa mayor presencia en los bordes. Un productor del norte de Santa Fe (Campo Hardy) dice que
perdió alrededor de 5 ha, pero esa información debería tomarse con cuidado, porque la
campaña pasada también hubo ataque de barrenador menor del tallo y si bien los síntomas son diferentes, en etapas
tempranas ambos pueden causar la muerte de la planta. Asimismo se ve afectada por vientos, si se producen tormentas pueden provocar el quebrado de la
planta a nivel de la agalla, queda levemente unida al tallo y la cosechadora puede levantarla.
Nota publicada por la Ing. María Ana Sosa en la revista F&G (Diciembre de
2000). La Ing. Sosa se desempeña como coordinadora del Área Investigación en Producción
Agrícola de la EEA Inta Reconquista.
Fuentes:
-Costilla, M. A. Y M. E. Venditti,'El curculionido Sternechus pinguis (Fabricius) (Coleoptera: Curculionidae), nueva plaga de la soja en la Argentina', en IV Conferencia Mundial de Investigación en Soja, Buenos Aires, Catas, marzo de 1989, pp. 1535-39.
-EMBRAPA, Centro Nacional de Pesquisa de Soja (Londrinas, PR), "Resultados de pesquisa de soja
1988/89", doc. 43.
-Fundagao Centro de Experimentacao e Pesquisa Fecotrigo (Cruz Alta, RS), 'Culturas de verao; resultados de pesquisa
1987/88', Cruz Alta, 1989.
-Pesquisa Agropecuaria Brasileira, Brasilia, v. 25(2).
-Seminario Nacional de Pesquisa de Soja, Campinas, Anais. Londrina: EMBRAPA-CNPSO, 1984.
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