Una nueva plaga acecha
las poblaciones
El Estornino Pinto (Sturnus
vulgaris) será probablemente la próxima plaga que amenace el sector
agropecuario, se encuentra en etapa de incipiente colonización proyectando un
peligro potencial para los ecosistemas, un alto riesgo ambiental negativo y
cuantiosos daños económicos al productor y al fisco.
El estornino es una especie
invasora exótica, un pájaro que tiene acreditado una posición de privilegio
dentro del tristemente celebre escalafón de aves dañinas para la
agricultura, por sus efectos perjudiciales en cultivos frutales, feedlots y
tambos.
Se ha detectado la presencia
de estorninos, el pinto en la costa del gran Buenos Aires y el crestado (Acridotheres
cristatellus) en Mar Chiquita y Mar del Plata.
Es de origen eurasiático y
desconocido hasta hoy en la Argentina, se presenta como una ave activa y
bullanguera, de tamaño mediano, plumaje negruzco tornasolado con motas
blancas, cola corta, alas puntiagudas, pico largo y agudo, amarillo en verano
y negro en invierno. Emite desde chirridos ásperos hasta trinos musicales y
curiosamente puede imitar la voz de otros pájaros, son agresivos y compiten
con éxito por la comida y los huecos para anidar, desplazando así a especies
nativas, pone de 4-6 huevos celestes.
Si bien el 50% de su dieta
esta integrada por insectos cuando se le presenta la ocasión se
transforman en grandes consumidores de frutas, granos y brotes de cereales,
leguminosas y gramíneas. Causa severos daños agrícolas a países tales como
los EE.UU., Canadá, Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica.
De acuerdo a los registros
disponibles son aves gregarias que se movilizan en gigantescas bandadas.
Cuando encuentran feedlots o un tambo, se precipitan sobre los alimentos que
parecen cubrirse de un manto negro, que al retirarse se transforma en blanco,
pintado con sus heces. Afectan en mayor proporción a la producción frutícola,
puesto que atacan a los frutos en estado de madurez y lo perforan con su pico
hasta encontrar alguno de su agrado. De esta forma arruinan más de lo
que consumen.
Del interrogante que surge
con respecto desde cuando están en el país y como llegaron, son
interrogantes cuyas respuestas pueden inferirse en base a investigación sobre
registros de aislamiento y a la perniciosa permisividad de la introducción de
especies como mascotas. Según una publicación de la Asociación Ornitológica,
afirman que estas dos especies se encuentran en el país desde 1987 y se han
detectado nidificación por lo que se supone que esta en crecimiento
poblacional, en cuanto a su origen, posiblemente provienen de individuos
escapados o liberados por sus dueños, pues se sabe que aves de esta especie
fueron importados como mascotas de los Estados Unidos.
Un punto crítico del
problema sería evitar que la población se desplace al sector del bajo Delta
del Paraná y provincia de Entre Ríos. Allí podría ocurrir un significativo
impacto sobre la biodiversidad y las actividades productivas, con la
particularidad de que en estos ambientes sería más difícil implementar un
programa de control y erradicación.
La Secretaría de Recursos
Naturales y Desarrollo Sustentable participa junto con los sectores
interesados, estatales y privados en elaborar en conjunto un plan de acción
que se traduzca en un programa de control y erradicación de estas especies exóticas,
teniendo en cuenta sus antecedentes sobre efectos negativos para el agro, además
de que, por su alto grado de agresividad y competencia existe el riesgo cierto
que desplace de su territorio a especies autóctonas y como las poblaciones se
encuentran en una etapa inicial de colonización, estando restringidas aún a
pocos sitios acotados, esta circunstancia otorga al programa una dosis
razonable sobre sus posibilidades de éxito.
Fuente: SAGPyA.
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