Pautas de
manejo para lograr rendimientos elevados y estables
El genotipo y el grupo de madurez, la fecha de siembra y el distanciamiento entre surcos constituyen variables importantes sobre los cuales el productor puede intervenir para lograr los mayores y más estables rendimientos en el cultivo de
soja.
Existe una fuerte interacción entre dichas variables, por lo cual la adecuada combinación de éstas
junto con la disponibilidad hídrica, la fertilidad física y química del suelo, la densidad de siembra y el cultivo
antecesor es la clave para el diseño de un sistema de producción de alto potencial de rendimiento.
Este artículo resume parte de la información generada por asesores privados (Fogante y Belloso, Jornada de Actualización Técnica en Soja, Pergamino 2000), oficiales (Baigorri, Manual del cultivo de soja en la Argentina, 1998) y por la red de ensayos conducida por el
Departamento de Desarrollo de Don Mario Semillas en las dos últimas
campañas, y propone pautas de manejo tendientes a obtener rendimientos altos y estables.
Genotipo y grupo de madurez
En primer lugar es importante elegir a los genotipos de mayor potencial y estabilidad de rendimiento. Actualmente, las variedades transgénicas han alcanzado los
potenciales de rendimiento de los mejores testigos convencionales, por lo cual puede sembrarse un cultivar resistente a
glifosato sin que el rendimiento se vea menguado.
En los ambientes de alta productividad (de alta disponibilidad inicial de agua en el perfil, y alta fertilidad
física y química), y para una determinada fecha de siembra, es recomendable elegir el grupo de madurez que
permita ubicar el período de formación de vainas y el llenado de granos en los meses de mayor radiación y temperatura. De
esta forma, el aborto de flores y, principalmente, de las pequeñas vainas será mínimo y la tasa de llenado de granos será máxima.
En los ambientes de baja productividad (con baja disponibilidad inicial de agua, uso de sistemas de labranza convencional, presencia de tosca) y, como en el caso
anterior, para una determinada fecha de siembra, se utilizan los diferentes grupos de madurez como una herramienta para diversificar el momento de ocurrencia de períodos con déficit hídricos. De esta manera, y en función de la capacidad operativo de cada campo, se sembrarán 2 o más grupos de madurez.
Fecha de siembra
La fecha de siembra determina, para un determinado grupo de madurez y un definido hábito de crecimiento, la altura, el número de nudos y la ubicación de los períodos clave para la definición del rendimiento. El potencial de rendimiento disminuye al retrasarse la fecha de siembra, partiendo de siembras de octubre en adelante.
Con una adecuada combinación de la variedad (según su potencial de rendimiento y el grupo de madurez al cual pertenezca) y la distancia entre surcos (considerando una situación sin limitaciones hídricas), se obtienen los más
altos rendimientos en las fechas más anticipadas de siembra. Aún en ambientes de alta productividad, sembrando grupos cortos, la reducción en la altura de las plantas en las fechas anticipadas determinará la necesidad de disminuir la distancia entre surcos con el fin de lograr el entresurco cubierto en plena floración.
En los ambientes de baja productividad, el adelantamiento de la fecha de siembra deberá estar acompañado por un acercamiento aún mayor de la distancia entre surcos y de la elección de un grupo superior de madurez (estos resultados fueron observados por el Departamento de Desarrollo de Don Mario Semillas, en ensayos realizados en dos campañas consecutivas sobre un lote de baja
productividad).
En este tipo de ambientes, la fecha de siembra también puede constituir una herramienta útil para diversificar la ubicación del período crítico de la soja (comprendido entre la tercera etapa reproductiva, R3, y la séptima, R7), y de este modo estabilizar los rendimientos anuales de un
establecimiento.
Distancia entre surcos
La distancia entre surcos determina la calidad de la distribución espacial de las plantas en el
lote. Un importante objetivo, buscado al seleccionar la adecuada distancia, es lograr el canopeo cerrado (95% de intercepción de la radiación solar incidente, índice de área
folia r=4) en plena floración. Grupos cortos, fechas tempranas de siembra y lotes de baja productividad, como así también- las siembras de segunda, determinan una
mayor reducción del espaciamiento entre los surcos de siembra.
Numerosos ensayos realizados por el departamento de Desarrollo de Don Mario Semillas evidenciaron la importancia de esta práctica de manejo:
- Balcarce 1999100, (ensayo Don
Mario-INTA);
- Chacabuco 1998/99 (ensayo Don Mario);
- Venado Tuerto
1999/00 (ensayo Don Mario);
- Marcos Juárez
1999/00 (ensayo Don Mario-INTA).
Al elegir distancias inferiores a 35 cm (por ejemplo en las siembras de soja de segunda o en siembras tempranas de grupos cortos en el
sudeste o sudoeste de la provincia de Buenos Aires), y particularmente con rastrojo en superficie, debe prestarse especial atención al número y a la uniformidad lograda en el establecimiento de plántulas.
Autor: Ing. Agr. Federico
Rizzo
Don Mario Semillas
Fuente: Revista Agromercado
(Suplemento Soja). Año 2000.
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