Alfalfa la
"reina" de las forrajeras
La alfalfa, por su
calidad como forrajera, su alta productividad y los aportes a la
conservación del suelo, es una especie que el productor puede
considerar en su planteo productivo. Los cultivares existentes en
el mercado, ofrecen una amplia versatilidad en producción,
longevidad, reposo invernal, resistencia a enfermedades y plagas.
La alfalfa, fue
considerada a principios del siglo pasado la mejor especie
forrajera, por su alta calidad y elevada producción. En la década
del 70, perdió su posición de reina de las forrajeras ante la
aparición del pulgón verde y posteriormente el pulgón azul, que
destruyeron gran parte de los cultivos. En esa época, el INTA
intensificó los trabajos de mejoramiento genético introduciendo
materiales resistentes. Hoy, transcurridos 30 años, hay
importantes desarrollos genéticos de la alfalfa, que han
posibilitado recuperar su reconocimiento popular como forrajera.
En este artículo
se desarrolla, en forma resumida, los principales aspectos que el
productor debe tener en cuenta para decidir la siembra de alfalfa.
Esta especie
requiere de suelos bien drenados, ya que de no ser así se
promueven enfermedades y mala oxigenación de raíces que
repercuten en la muerte de plantas y en la disminución del
rendimiento de forraje. El suelo debe ser profundo (no menos de 80
cm, aproximadamente) para tener una buena retención de agua y
permitir que la profundización de las raíces que la alfalfa
puede hacer le permita expresar la excelente resistencia a la sequía
que posee. Hay que tratar de elegir un potrero que salga de la
rotación agrícola y con buen control de malezas, teniendo en
cuenta no haber usado herbicidas que puedan tener efecto residual
sobre la alfalfa (por ejemplo, Atrazina).
Los potreros
difieren en la fertilidad, por lo tanto, el análisis de suelo es
un método conveniente para evaluar el nivel de la misma y
determinar las necesidades de nutrientes.
El fósforo es un elemento de mayor deficiencia en los suelos de
la región. En caso de tener que aplicar algún fertilizante
fosforado, es aconsejable incorporarlo en profundidad con la última
labor del suelo. El valor promedio del pH en la región es cercano
a 6, por lo tanto, no reviste una limitante seria para el cultivo,
considerando que el mismo aumenta en la profundidad y no existen
elementos tóxicos como hierro o aluminio.
En el mercado existen actualmente un gran número de variedades lo
que dificulta su elección. Los cultivares se clasifican por el
grado de reposo invernal que poseen y esto se maneja a través de
una escala en donde los números más bajos corresponden a los
grupos de mayor reposo o latencia invernal. Estos números son,
por lo general, la primera entrada que suele hacerse al problema
de la elección de un cultivar. No obstante, los factores que
llevan a un mayor rédito económico son, principalmente:
* El rendimiento
potencial.
* La persistencia o longevidad del cultivo.
* La resistencia a plagas y enfermedades.
Todos estos
factores deberán ser tenidos en cuenta a la hora de tomar una
decisión y lo más aconsejable es buscar la información local
disponible en su agente de extensión más próximo. Sobre la base
de resultados locales se presenta una lista simplificada de
cultivares recomendados para la zona. Debido a la alta dinámica
del mercado y en los cambios de políticas de los semilleros, el
productor encontrará que aparecen muchos cultivares nuevos y se
dejan de promover otros.
Cultivares de alfalfa recomendados en Balcarce y Sudeste:
Reposo invernal largo: Cultivar Empresa - Drummor NK-Agar
Cross - Pioneer 5331 Pionner -P 205 Palaversich
Reposo invernal intermedio: Cultivar Empresa -
Victoria Produsem - Meteor NK - Agar Cross - P 105
Palaversich - Sutter Nidera - ICI 770 Zeneca - Río
Cimarrón - Alfa 50 Cargill - Archer Biosem - Mede
OADEA S.A. - WL 322 HQ Cargill
Reposo
invernal corto: Cultivar Empresa - Monarca Produsem
- P30 Palaversich - Super Lechera I. Insumos - Maxidor
Agar Cross - ICI 990 Zeneca - Pecos Mycogen-Morgan -
GT 13 R Plus Agripro-Ishihara - Diamond Ishihara - DK 170
Dekalb
En una siembra
convencional hay que roturar el suelo con buena anticipación para
una adecuada descomposición del rastrojo previo y hacer un buen
control de malezas. El refinamiento del suelo debe ser más bien
alto y es fundamental lograr una cama de siembra firme, rolando si
es necesario o esperando que una lluvia compacte naturalmente el
suelo, antes de sembrar. En forma práctica, camine el lote y que
las huellas no se hundan más que 1 cm.
Actualmente mucha semilla viene preinoculada y peleteada. Si se
compra semilla limpia, se debe usar un inoculante de reconocida
calidad comercial y un adhesivo (o agua azucarada) para mezclar
uniformemente el inóculo con la semilla. Esta tarea debe hacerse
al abrigo de la luz solar y esperar que se seque bien para evitar
una mala alimentación de la sembradora.
Es de suma
importancia que se establezcan la mayor cantidad de plantas
posibles y para ello, considerando que la densidad de siembra va a
corregir en parte otros problemas relacionados con la implantación,
se recomienda 10-12 kg/ha en siembras de alfalfa pura y una
profundidad de 1-1,5 cm. Experiencias locales indican que tanto
siembras de fin de verano - principios de otoño como de fin de
invierno - principios de primavera son exitosas.
Tanto en una como
en otra, el éxito de la implantación debería medirse después
de los 3 meses de sembrado el cultivo, que es cuando la cantidad
de plantas tiende a estabilizarse. Durante este período y de
acuerdo con la evolución del cultivo se deberá poner mucha
atención a las malezas y estar preparado para su control, para lo
cual existe una amplia gama de herbicidas factibles de usar
(recuerde que el control de malezas empieza antes de la siembra).
Autor: Ing.
Carlos Cangiano
Fuente: INTA EEA Balcarce
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