¿Como
elijo la variedad de alfalfa?
Existen en el mercado
numerosas variedades disponibles pero no todas tienen un respaldo
técnico adecuado y las evaluaciones correspondientes.
Es sabido que la mayoría
de las variedades que se ofrecen en nuestro país provienen de genética
desarrollada en el extranjero, principalmente en Estados Unidos,
como excepción de importancia podemos mencionar al programa de
INTA con sede en Manfredi, Córdoba.
Para lograr un cultivo
de alfalfa productivo y rentable además del manejo agronómico
adecuado se debe conocer cada una de las variedades disponibles,
su grado de dormancia o latencia invernal, su nivel de resistencia
a las plagas y enfermedades y su persistencia y productividad.
Dormancia
o latencia invernal
Se entiende al período
en el cual no hay producción, siendo esta una característica genética,
resultado de la combinación de los días fríos y cortos.
Las variedades se
clasifican del 1 al 11 (a mayor número, menor latencia). La
diferencia más destacada es la velocidad del rebrote, que es
mayor en los grupos sin latencia.
También se
puede mencionar una mayor persistencia y mejor sanidad foliar en
los grupos de mayor latencia.
Con respeto a la
productividad hay numerosas experiencias que demuestran que tiende
a igualarse entre los distintos grupos.
De acuerdo a la zona
productora, manejo y tipo de explotación, el productor puede
sembrar parte de su campo con variedad de latencia intermedia y
parte con variedad sin latencia para no tener una concentración
de forraje, que muchas veces es desperdiciado.
Conociendo las
principales adversidades de la zona, características del suelo, régimen
de lluvias, temperaturas medias, todo esto ayudará a una mejor elección
de la variedad apropiada.
Enfermedades y
plagas
Entre la enfermedades
más importantes se encuentran: Phytohtora, Antracnosis,
Marchitamiento Bacteriano, Fusarium, etc y entre las plagas: los
pulgones verdes, azules, y motes
Se debe observar el
perfil completo frente a estas enfermedades y plagas. El productor
será el encargado de elegir la que mayor seguridad que le otorga
junto con la máxima productividad.
La persistencia
Porcentaje de plantas
que sobreviven luego de varios años de cultivo de alfalfa es una
característica íntimamente ligada a la constitución genética
de cada variedad, a su comportamiento, frente a las principales
enfermedades, a su tipo de crecimiento o tipo de corona y es también
dependiente del manejo.
Es notable la mejora
que existe en la actualidad respecto a los cultivares de hace 10 o
15 años en la persistencia, siendo más destacados en los grupos
de menor latencia que prácticamente igualan a otros de mayor
latencia.
Es muy importante
realizar además de los ensayos típicos de corte, ensayos
de pastoreo que se aproximen más a las condiciones reales a las
que serán sometidas las variedades; con una corona más profunda
y adaptada para soportar pastoreos cada vez más intensos.
La productividad es
nuestro objetivo final, pero para lograrlo es necesario sumar
todas las características:
1- Latencia adaptada a
la zona.
2. Planteo productivo.
3. Resistencia a
enfermedades y plagas.
4. Persistencia y
calidad.
Necesidades
nutricionales
Para este cultivo son
muy importantes el Fósforo (P), Potasio (K) y en el caso de
micronutrientes se destacan: Azufre (S), Calcio (Ca), Magnesio (Mg)
y Boro (B). Como en cualquier cultivo el nivel de un nutriente
afecta la absorción de otros, por lo tanto es muy importante un
correcto análisis y balance entre los mismos.
En caso del Nitrógeno
y el Ph. del suelo es el adecuado, se produce una fijación de N
atmosférico, que cubre las necesidades del cultivo.
Conclusiones
El cultivo de alfalfa
responde a la fertilización y enmienda cálcicas, dando como
resultado una mayor producción de materia seca y mayor
persistencia.
Es muy importante el
balance entre los distintos nutrientes y tener una metodología de
análisis del suelo y plantas para conocer el estado nutritivo del
cultivo y las necesidades del mismo.
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Fuente: Nidera S.A.