AGRICULTURA

 

Ecofisiología  del cultivo de Alfalfa

El proceso de establecimiento de un alfalfar comprende dos etapas bien diferenciadas. La primera involucra la colocación de la semilla en el lugar apropiado y en el momento oportuno para lograr su germinación. En la segunda, se inicia el crecimiento y el desarrollo de la planta, terminando con el aprovechamiento bajo corte o pastoreo.

Requerimientos ecológicos edáficos e hídricos

La alfalfa es una especie de gran plasticidad que puede prosperar en regiones semiáridas, subhúmedas y húmedas.
Requiere de suelos bien aireados y profundos y está morfológica y fisiológicamente adaptada para resistir deficiencias hídricas prolongadas y además está dotada de una raíz que le permite penetrar en profundidad en el perfil del suelo y continuar produciendo hasta un 35% del agua útil del mismo. Es por ello que tolera las sequías, pero paralelamente es muy sensible a la falta de oxigenación que ocurre con el anegamiento del suelo. Dependiendo la magnitud del daño producido, del estado de desarrollo de la planta, temperatura y duración del período de anegamiento.

En estado de plántula un anegamiento de 36 horas es letal. Los requerimientos hídricos, como en todos los vegetales, dependen de la pérdida evaporativa, que está regulada por factores ambientales (temperaturas, vientos, humedad relativa) y morfológicos (número y tamaño de estomas, área folicular, estructura de la planta). Las condiciones ambientales van a influir directamente en el crecimiento, calidad y requerimiento de la alfalfa.
Además se ha calculado que en una planta adulta, 8 días de suelos saturados de agua disminuye la fotosíntesis en un 30%.

Influencia de las condiciones climáticas sobre su crecimiento y requerimiento de nutrientes

CAUSAS

EFECTOS

Días largos

número tallos / plantas / hoja / tallo / rendimiento

Aumento de temperatura

actividad metabólica / crecimiento parte aérea / raíces

Temperatura media (25oC)

hoja / tallo /  calidad 

Temperaturas bajas

N / P / S  por descomposición  m.o. 
movimiento de nutrientes por difusión absorción y tasa de translocación / actividad metabólica

Estaciones

primavera  respuesta a fertilización

  

Los requerimientos nutricionales varían según el nivel de producción y el manejo a que es sometido el cultivo.
Bajo cualquier sistema de aprovechamiento hay una demanda continua de nutrientes durante todo el ciclo de producción, pero la intensidad de esa demanda cambia en función de las condiciones ambientales y el estado de desarrollo de la planta. 
La necesidad también varía con las épocas del año, siendo mayor en los picos de producción primavero - estivales.

Esta leguminosa requiere altas necesidades de Nitrógeno, que es aportado mayoritariamente por la acción de los Rizobium, que lo fijan a partir del existente en el medio ambiente. Es un elemento esencial para las gramíneas que suelen acompañar a la Alfalfa, aunque una refertilización a ésta última no asegura mayor producción o mejor calidad.

El elemento más importante para el cultivo es el Fósforo, determinante para un establecimiento exitoso y buen desarrollo radicular. En la Argentina existen zonas con marcado déficit de nutrientes, presente en cantidades inferiores a 18 ppm. lo que torna necesario la práctica de la fertilización.

El Potasio es esencial para mantener altos rendimientos, aumentar la tolerancia al frío, lograr mayor resistencia a ciertas enfermedades e incrementar la persistencia.
El Calcio, Magnesio, Azufre y la mayoría de los micronutrientes son igualmente necesarios para un normal crecimiento de la planta de Alfalfa.

Cuando la interpretación de los análisis de suelo lo determinen se recurrirá a la práctica de fertilización de arranque previo a la siembra o simultánea a ella, con la precaución de depositar el fertilizante a cierta distancia de la línea de siembra. 

Importante: La dosis y tipo de fertilizante dependerán del análisis del suelo.

Requerimientos nutricionales, fertilización y encalado

La alfalfa requiere pequeñas cantidades de micronutrientes para su crecimiento óptimo (boro, manganeso, hierro, zinc, cobre y molibdeno).
De ellos el único que se suministra o aplica con cierta frecuencia en alfalfa es el boro.
En suelos de textura media y con clara deficiencia de boro la dosis a aplicar ronda entre los 2 - 3 kg / hectárea, suficientes para toda la vida del alfalfar.
En suelos arenosos habrá que aplicar 1 kg de boro por hectárea, cada año.

  

Inmovilización de nutrientes por los principales cultivos de la región pampeana

Rendimiento

Nutrientes (kg / Ha)

g / Ha

N

P

K

Mg

S

Maíz

6.000

143

26

118

35

18

Girasol

2.000

100

17

62

24

9

Alfalfa

15.000

457

39

381

41

39

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Fuente: Manual del cultivo de Alfalfa.

 

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