ALMACENAJE


El drama del mal acondicionamiento y almacenamiento

Hay condiciones climáticas que no favorecen la conservación de los granos durante el período necesario. Un mal manejo, por desconocimiento o desinterés, provoca también el deterioro de la mercadería. Es cierto que, además, pueden faltar instalaciones apropiadas para tratar los granos, lo que dificulta todo trabajo eficiente. 

En el litoral del país, la época de cosecha no es muy favorable para un buen almacenamiento: mal tiempo, alta temperatura, apuro para liberar la tierra, falta de toma de medidas previamente a la cosecha que eviten problemas de corto plazo como por ejemplo la infestación temprana, son tal vez los principales factores que dificultan -desde el inicio- el buen almacenamiento. 

Un silo con problemas 

La figura representa el corte transversal de un silo con problemas; tantos, que lo hemos llamado "el silo catástrofe"; todo lo que sucede es bien conocido, pero en esta época del año es bueno recordarlo. Empecemos por la parte inferior: 

Humedad en el cono 
Puede deberse a filtraciones de la napa, o a infiltraciones debidas a la lluvia, desde el borde superior del cono, por el techo o en las uniones de las chapas de las paredes. El agua atraviesa la masa de grano a lo largo del silo, casi sin ser absorbida. Se acumula en el piso y así es como el grano se arde, eleva su temperatura, se crían insectos y - luego- mohos. La humedad genera esta actividad biológica, la cual produce más vapor de agua y provoca un aumento de la temperatura, que se va expandiendo a través de la masa, ampliándose así la zona deteriorada. 

La principal causa de humedad en el cono es la falta de mantenimiento previo al llenado. Controle la profundidad de la napa en un pozo cercano y compare con la profundidad a la cual el cono está enterrado. Anote este dato para registrar las fluctuaciones, y saber a qué distancia se encuentra el cono del agua subterránea. 

Problemas en las paredes 
Estos problemas se presentan en los silos de chapa y no en los de hormigón, debido a la falta de aislación térmica. En los silos de chapa se produce el diario calentamiento enfriamiento de la pared, con el transcurso del día y de la noche, debido a la presencia y ausencia del sol, respectivamente; este mismo efecto tiene lugar durante el verano, en que la insolación es mayor, y el invierno, en que las temperaturas son mucho más bajas, en un período mucho más amplio. 

Aunque el grano es un buen aislante térmico, las variaciones de temperatura del aire fuera del silo modifican la temperatura de algunos centímetros de la masa de grano próxima a la pared, originándose una débil corriente de aire ascendente si se calienta o descendiente en caso contrario. Esta corriente es portadora de humedad y de calor, desde las zonas más calientes hacia las más frías. Es una acción muy lenta, pero suficiente para deteriorar las capas cercanas a la pared. 
¿Cómo evitar este efecto? Una correcta aireación impide la formación de estas corrientes de convección. 

La condensación en el interior del techo, la capa superior de la masa de grano endurecida, los granos ardidos o brotados y la insectación, son problemas que se presentan en invierno. El interior del silo permanece con temperatura y humedad relativamente altas, y a la noche entra en contacto con la chapa del techo fría. Esto provoca la condensación de la humedad del silo, y el efecto es una verdadera lluvia que cae dentro del silo, mojando el grano. La capa endurecida se debe al polvo aglomerado por la humedad y a la formación de hongos. 
Unido a la condensación de la humedad en el techo, en el copete se da también el efecto de convención ya señalado, el cual, junto con la basura que se ubica en la parte central, provoca una gran actividad microbiana, y un fuerte deterioro de la mercadería.  

El remedio para estos problemas es la aireación: si se airea aspirando por la parte inferior, el aire que entra al silo por el espacio anular entre el techo y las paredes, elimina el efecto de la condensación y del copete apelmazado, siempre que se aspire periódicamente. 
Si se insufla aire, en cambio, como es nuestra preferencia, es necesario colocar un ventilador (extractar) en el techo, para que extraiga el aire húmedo que se va acumulando arriba. Este extractar de bajo consumo también se puede hacer funcionar, cada vez que se crea conveniente, sin tener que hacer funcionar la aireación necesariamente. 
Siempre es necesario eliminar el copete, durante el llenado, nivelando toda la superficie del silo. Para ello, se saca parte del grano del silo hasta formar un hueco central. Luego, con las precauciones del caso (deben entrar al silo dos personas y una tercera debe vigilar desde afuera para trabar los mecanismos de descarga), se pasea hasta dejarlo plano. De esta manera, la aireación circula con mayor uniformidad por toda la masa de grano. 

Focos localizados de calentamiento o infestación 
Si parte del grano que se está almacenando está infestada, esta infestación se reproducirá bajo condiciones favorables. Si no se toman medidas preventivas, se irá extendiendo hasta comprometer gran parte del contenido. 
El remedio es aplicar siempre un tratamiento preventivo al llenado y la fumigación curativa del silo completo. 
La capa cónica caliente es característica de la admisión de cargas con alto contenido de humedad. Se forma así un "sandwich" de capas de grano seco envolviendo grano húmedo, el cual no tardará en arruinar las capas adyacentes. 

Este es el ejemplo de un silo abandonado a su suerte. Por las malas condiciones del almacenamiento, la masa contenida en el silo se ha convertido en biológicamente activa. No debernos olvidar que no es solamente grano lo que tenemos almacenado, sino todo un universo de elementos orgánicos preexistentes antes del llenado, que en condiciones apropiadas permanecen en estado latente, aletargados y sin evolucionar, pero que cuando el ambiente se toma favorable comienzan a desarrollarse e invadir. Se reproducen insectos y ácaros que atacan a los granos, el grano así herido fermenta y genera calor, favoreciendo el desarrollo de hongos y mohos y, por último, de las bacterias. Esto provoca mermas de peso en el grano -ya que el alimento de las plagas es el mismo grano almacenado-, pérdida de calidad comercial y de aptitud -según su uso posterior- y finalmente, las deposiciones de los insectos y ácaros, la generación de toxinas, etc., que hasta ahora no hemos tenido muy presente pero que debemos considerar con gran seriedad, y que hacen al grano inconveniente para la salud, no solamente humana. No pasará mucho tiempo antes de que el control sanitario en este aspecto sea una exigencia normal. 

Nos queda mucho por corregir APOSGRAN se ha referido a menudo y ha respaldado con datos reales -no de pruebas de laboratorio- los efectos del mal cuidado. También lo hace en los cursos que dicta todos los años y ha sido, en realidad el principal motivo de su creación. 
Se pueden comprobar deficiencias en los envíos a destino: la insectación y los olores son las más importantes, y pueden provenir tanto de plantas chicas como de grandes, ya sean privadas o no. Quién no conoce la fórmula "Libre de insectos vivos", y sin embargo, éstos viajan en los transportes. 

Cómo mejorar el almacenamiento 
Los silos comenzaron a montarse en los acopios de nuestra zona, en la década del sesenta, como una forma de ir eliminando la bolsa y la mano de obra. En aquel entonces se decía que se podía almacenar el grano y sacarlo tranquilamente cuando fuera necesario. De este modo, sin tener idea del manejo, se arruinaron muchas toneladas. Luego de varios fracasos, se instalaron los equipos de aireación como solución, pero el grano continué arruinándose por instalaciones mal hechas o porque no se manejaban bien; no era sólo cuestión de insuflar aire cuando se creía conveniente. 

Hubo una gran falta de asesoramiento y la experiencia se adquirió por el método de "prueba y error", algo que en la actualidad no debe ser repetida. 
Cada hombre debe llevar grabado lo que se llama "buenas prácticas de manejo", es decir, lo que hay que hacer para seguir el camino correcto. 
Normas preestablecidas que deben ser cumplidas.
 
• Los elementos de cosecha deben ser limpiados a fondo, así como fumigados las maquinarias, los transportes y las plantas de silos. 

• Debe realizarse un severo control de la infestación temprana y de la que proviene directamente del campo. 

• El grano debe mantenerse en estado latente o dormido, evitando el desarrollo de toda actividad biológica. 

• El silo debe estar sano, seco, limpio y frío, sin infestación y debe ser vigilado periódicamente. 

Conclusión 
Es necesaria una buena herramienta de trabajo, y alguien que la sepa manejar. En toda instalación de silos, además de las máquinas de limpieza, es indispensable un buen equipo de aireación y la posibilidad de medir temperaturas en diversos puntos, así como un personal consciente y capacitado. 
Si no se poseen estos elementos, tal vez no se sepa qué es lo que se puso dentro del silo, y mucho menos qué es lo que está pasando, y si lo sabe, no tendrá medios para remediarlo. La gran y desagradable sorpresa llegará en el momento de la descarga. 
Haga un balance económico: la inversión en equipamiento y en capacitación frente a las mermas de peso y calidad. 

Autor: Ing. Qco. Lorenzo Colomar
Fuente: Revista Agromercado (Suplemento Almacenaje en Origen) Año 2000.

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