Enfermedades
virales II
Bronquitis infecciosa
La bronquitis
infecciosa es una enfermedad respiratoria extremadamente
contagiosa, caracterizada por tos, estornudos y estertores. La
produce un virus que solamente afecta a los pollos. No infecta a
las demás aves de corral ni animales de laboratorio. Existen
varias cepas del virus.
Se considera que
la bronquitis infecciosa es la enfermedad más infecciosa de
todas las enfermedades avícolas. Cuando aparece, todas las aves
susceptibles que hay en las instalaciones quedan infectadas,
sean cual sean las precauciones sanitarias o de cuarentena que
se tomen. Se puede difundir por el aire y puede
"saltar" distancias considerables durante un brote
activo.
También, se puede difundir por medios mecánicos como ropa,
jaulas de transporte y equipos. No se transmite a través
del huevo y el virus probablemente no puede sobrevivir por más
de 1 semana en un galpón despoblado. Se destruye fácilmente
con calor y con desinfectantes ordinarios.
La infección está
confinada al sistema respiratorio. Los síntomas son respiración
laboriosa, jadeo, estornudos y estertores. Algunas aves pueden
tener una descarga nasal acuosa. La enfermedad nunca causa síntomas
nerviosos. Su prevalencia en el lote es de 10 a 14 días y si
los síntomas duran más tiempo.
En los pollos de
menos de 3 semanas, la mortalidad puede llegar a 30 ó 40%, pero
cuando tienen más de 5 semanas la mortalidad deja de ser
significativa.
El consumo de
alimento disminuye repentinamente y se retrasa el crecimiento.
Cuando la
bronquitis infecciosa ocurre en un lote de ponedoras, la
producción baja a casi cero en pocos días y se requieren más
de 4 semanas para que regresen a producción. Algunos nunca
recuperan una tasa de producción económica. Durante un brote
se producen huevos pequeños, de cáscara blanda y forma
irregular.
Es difícil
diferenciar la bronquitis infecciosa de muchas otras
enfermedades respiratorias, por esta razón, para obtener un
diagnóstico definitivo se requiere un análisis de laboratorio.
La enfermedad es
extremadamente contagiosa y no siempre respeta las barreras
sanitarias. Vacune a las gallinas que conserve como ponedoras.
Que sea necesario vacunar a los pollos de engorde depende de
muchos factores y es una decisión individual. Existen numerosas
vacunas comerciales, la mayoría representan una cepa modificada
o seleccionada del virus de la bronquitis infecciosa. La que se
use debe contener los virus que se sabe están presentes en el
área.
Todas las vacunas
contienen virus vivos y las que protegen mejor pueden producir síntomas
también y disminuir la producción de huevos. El virus de la
vacuna se diseminará a las demás aves susceptibles. La vacuna
se agrega, en el agua de bebida, como gota nasal u ocular, o en
forma de spray.
No hay
tratamiento para esta enfermedad. Con los pollos jóvenes ayuda
aumentar la temperatura de la criadora y suministrar condiciones
tan próximas a las óptimas como sea posible.
Leucosis
linfoide
La leucosis
linfoide es, una enfermedad de las aves adultas; sin embargo, su
importancia parece estar aumentando en pavos y aves de caza.
Aunque este virus puede producir diversas respuestas (en la
sangre, huesos y linfa), la más común es la formación de
tumores linfoides.
La enfermedad se
transmite de varias formas. El agente viral sale del cuerpo de
las aves infectadas en los huevos y las heces. Puede
transmitirse mecánicamente desde las aves infectadas a parásitos
chupadores de sangre susceptibles, o por el hombre, con
procedimientos análogos a la viruela aviar.
La leucosis
linfoide produce tumores linfoides, particularmente en el hígado
y el bazo. Los tumores, también pueden afectar otras vísceras,
como los ovarios y los pulmones. Las aves afectadas pueden morir
sin presentar síntomas preliminares, pero la enfermedad
generalmente es de naturaleza crónica y muestran pérdida de
apetito, emaciación progresiva y diarrea.
Las afectadas clínicamente
mueren invariablemente. Las pérdidas producidas por esta
enfermedad son más severas poco después de la iniciación de
la producción de huevos, pero continúa mientras se conserve el
lote. Las pérdidas totales pueden aproximarse al 20% durante la
vida del lote.
El diagnóstico
clínico de la leucosis linfoide se basa en la historia y en
manifestaciones de la enfermedad. No se puede distinguir fácilmente
de la respuesta visceral a la enfermedad de Marek, pero hay
ciertas características que ayudan a diferenciarlas.
No hay
tratamiento para esta enfermedad. Aunque no se puede prevenir
completamente, hay ciertos pasos que se pueden seguir para
controlar el nivel de la infección en el lote. Entre ellos:
• Adquiera
variedades de aves resistentes, pues la resistencia genética es
determinante.
• Levante en
aislamiento y no mezcle aves de diferentes edades, especialmente
hasta 6 semanas de edad.
• Mantenga la
incubadora limpia y desinfectada.
• Controle los
parásitos chupadores de sangre.
• Será
beneficioso cuidar bien el lote, disminuir el estrés y una
adecuada ración.
Enfermedad
de Marek
La enfermedad de
Marek es característica de pollos jóvenes, pero también puede
afectar a aves adultas. En contraste con la respuesta tumoral de
la leucosis linfoide, se puede observar la enfermedad de Marek
en lugares más diversos.
La enfermedad de
Marek es causada por un virus perteneciente al grupo de los
herpesvirus. No se sabe mucho sobre su transmisión, pero parece
que se concentra en los folículos de las plumas y es difundido
en la caspa (escamas de piel y células de las plumas).
El virus sobrevive mucho tiempo en este polvo puesto que se ha
encontrado virus viable en galpones que estuvieron despoblados
por muchos meses.
El modo de
transmisión es en los aerosoles que contienen caspa y polvo
infectado. Las aves jóvenes son las más susceptibles a ser
infectadas, pero, como el periodo de incubación es corto, los síntomas
clínicos pueden aparecer mucho antes de lo que lo hace la
Leucosis linfoide.
La enfermedad de
Marek puede producir una variedad de respuestas clínicas, todas
de carácter linfoide. Son agudas, visceral, neural, ocular, cutáneas
o una combinación de todas las respuestas que se ven.
La de tipo
visceral se caracteriza por la amplia implicación de lesiones
comúnmente vistas en gónadas, hígado, bazo, riñones y,
ocasionalmente, corazón, pulmones y músculos. La enfermedad
suele ser aguda, y aves aparentemente sanas mueren rápidamente,
con masivos tumores internos. Puede aparecer en pollos jóvenes,
pero las pérdidas más severas ocurren con las pollonas de
reemplazo antes de que comiencen su producción de huevos.
El Marek de tipo
neural se caracteriza por la parálisis progresiva de las alas,
patas y cuello. Síntomas comúnes son pérdida de peso
corporal, anemia, respiración laboriosa y diarrea. Si hay
lesiones presentes, ellas están confinadas a los nervios y los
plexos de las extremidades paralizadas. Frecuentemente no se
observan grandes lesiones.
La leucosis
ocular, o el "ojo gris", se ve generalmente al
comenzar la madurez. La morbilidad y mortalidad son bajas pero,
en algunos lotes puede llegar al 25%. Se caracteriza por una
despigmentación puntual o el iris del ojo se ve de un gris
difuso. La pupila adopta forma irregular y no reacciona a la
luz, seguida de emaciación, diarrea y muerte.
La leucosis de la
piel produce las pérdidas más severas entre los pollos de
engorde, pérdidas que se derivan del gran decomiso en las
plantas procesadoras. La dilatación de los folículos de las
plumas, debido a la acumulación de linfocitos, es una lesión típica.
Se trata del virus más infeccioso ya que se produce en la región
de los folículos de las plumas y se difunde por intermedio de
la caspa.
La enfermedad de
Marek aguda puede tener un curso extremadamente rápido,
produciendo mortalidad en aves aparentemente sanas. Sin embargo,
en algunos casos, las lesiones pueden recuperarse y las aves
afectadas clínicamente reponerse por completo.
El diagnóstico
se basa en la historia y las manifestaciones de la misma
enfermedad. Un diagnóstico exacto puede depender del resultado
de exámenes de laboratorio. Como ocurre con la leucosis
linfoide, la enfermedad de Marek no tiene tratamiento.
Existe una vacuna extremadamente efectiva (90%+) para
prevenirla. Se le administra a los pollos de 1 día de edad como
inyección subcutánea mientras están todavía en la
incubadora. El uso de la vacuna exige el estricto cumplimiento
de las recomendaciones del fabricante y un ambiente estéril.
Enfermedad
infecciosa de la bursa
La enfermedad
infecciosa de la bursa es una afección viral aguda de los
pollos jóvenes altamente contagiosa. Aparece con mayor
frecuencia en zonas donde hay gran concentración de producción
avícola. Produce gran morbilidad y mortalidad en los lotes
afectados. Aunque la enfermedad produce severas pérdidas, su
consecuencia más grave podría ser su efecto de reducir la
capacidad del ave para desarrollar inmunidad contra otras
enfermedades.
La transmisión o
diseminación de la enfermedad puede ser por contacto directo
(ave a ave), con cama contaminada y heces, por los trabajadores,
aire, equipos y alimentos contaminados, personal de servicio y,
posiblemente, insectos y aves silvestres. Es extremadamente
contagiosa.
Las aves
presentan plumaje desordenado y un ligero temblor al comenzar la
enfermedad, defecación dificultosa, pérdida del apetito y
deshidratación. Tienen tendencia a sentarse y cuando se ven
forzadas a desplazarse lo hacen con paso inseguro. Es frecuente
el picoteo en la cloaca y se produce una diarrea
blanquecina.
Aparece una
brusca elevación de la temperatura corporal, seguida de una caída
subnormal, postración y muerte. Las aves que sobreviven a la
infección inicial se recuperan rápidamente dentro de las 2
semanas siguientes.
Las lesiones
postmortem incluyen deshidratación y cambios en la bursa, músculos,
hígado y riñones. Todas las aves afectadas sufren cambios en
la bursa caracterizados por inflamación, cambio de forma
(oblonga), color (rosado, amarillo, rojo, negro) y la formación
de una película gelatinosa alrededor de ella. A los pocos días,
ésta disminuye de tamaño hasta la mitad de su tamaño normal.
El diagnóstico
de la enfermedad infecciosa de la bursa se basa en la historia y
las lesiones postmortem. Se pueden usar análisis de laboratorio
para confirmarlo. Existen vacunas que deben ser utilizadas con
cuidado. Si se administran correctamente, desarrollan buena
inmunidad.
No existe un
tratamiento específico y la medicación indiscriminada con
ciertos medicamentos podría agravar seriamente la mortalidad.
Medidas de apoyo, como aumentar la temperatura, la ventilación
y el consumo de agua pueden resultar beneficiosos.
Fuente:
Revista Avícola.