AVICULTURA  


Enfermedades virales I

Viruela Aviar

Se trata de una enfermedad viral que se difunde lentamente entre las aves y caracterizada por nódulos, semejantes a verrugas, que se forman en la piel y membranas diftéricas necróticas en la mucosa bucal y el sistema respiratorio superior. Se conoce en las aves desde los comienzos de la historia. 

La mortalidad no suele ser significativa a no ser por complicaciones respiratorias. La enfermedad puede aparecer a cualquier edad del ave y en cualquier momento.

La viruela aviar es causada por un virus del que existen por lo menos 3 cepas diferentes: El virus de la viruela de las aves de corral, el de la viruela de las palomas y el de la viruela de los canarios. Aunque algunos científicos incluyen también el virus de la viruela de los pavos como una cepa diferente, otros piensan que es idéntico al virus de la viruela de las aves de corral.

Cada cepa puede infectar a varias especies de aves. La viruela que aparece naturalmente en pollos, pavos y otras aves domésticas, se considera que es producida por el virus de la viruela de las aves de corral. Este virus puede transmitirse por contacto directo o indirecto. Es muy resistente en las costras secas y, bajo ciertas condiciones, puede sobrevivir durante meses en instalaciones contaminadas.

La enfermedad puede ser transmitida por diversas variedades de mosquitos. Estos pueden portar virus infectantes durante un mes o más después de haberse alimentado en aves afectadas. Luego de introducida la infección, se difunde por el lote, portada por los mosquitos, además del contacto directo e indirecto. Las aves que se recuperan no se mantienen portadoras.

Como la viruela aviar se disemina lentamente, un lote puede estar afectado por varios meses. El curso de la enfermedad en cada ave toma de 3 a 5 semanas. El crecimiento de las aves jóvenes se retarda y en las ponedoras se experimenta caída de la postura. 

Las aves de todas las edades que padecen de problemas bucales o respiratorios tienen dificultad para comer y respirar. La enfermedad se manifiesta en una de dos formas: La viruela cutánea (forma seca) o la viruela diftérica (forma húmeda).

La viruela seca comienza con pequeños focos blanquecinos que se desarrollan en nódulos semejantes a verrugas. Los nódulos son expulsados eventualmente y se forma una costra que precede a la curación final. Se ven las lesiones principalmente en las partes del cuerpo que carecen de plumas (cresta, barbas, lóbulos de las orejas, ojos y, algunas veces, en las patas).

La viruela húmeda está asociada con la cavidad bucal y con la parte superior del tracto respiratorio, especialmente la laringe y la tráquea. Las lesiones parecen de carácter diftérico e involucran las membranas mucosas en grado tal que, cuando se les elimina, queda una zona ulcerada o erosionada.

La viruela aviar se diagnostica fácilmente en base a la historia del lote y la presencia de las lesiones típicas. En algunos casos se hace necesario el diagnóstico de laboratorio de los tejidos o por estudios de transmisión.

No existe tratamiento para la enfermedad. Su control se realiza con la vacunación preventiva puesto que los procedimientos ordinarios de manejo y sanidad no pueden prevenirla. Existen diferentes clases de vacuna que son efectivas si se usan correctamente.

No suele ser necesario vacunar a los pollos de engorde a no ser que la población de mosquitos sea muy grande o que se hayan presentado infecciones previas. A las pollitas se les vacuna el primer día de edad usando el método de vacunación en el tejido del ala. Todas las gallinas de reemplazo deben vacunarse contra la viruela cuando tienen de 6 a 10 semanas. Con una sola aplicación el ave queda inmunizada permanentemente.

Enfermedad de Newcastle

La enfermedad de Newcastle es una infección viral contagiosa que causa desórdenes respiratorios nerviosos en varias especies de aves domésticas, incluyendo pollos y pavos. Se han reconocido diferentes cepas del virus (varían en su habilidad de causar desórdenes nerviosos, lesiones viscerales y muerte).

La cepa más severa es llamada enfermedad de Newcastle velogénica viscerotrópica y es mantenida fuera de los Estados Unidos gracias a estricta medidas de cuarentena en sus fronteras. A menudo se refiere a la enfermedad "Newcastle exótica". Una infección de este tipo de virus en las aves de corral susceptibles causa generalmente alta mortalidad.

Una forma más suave, llamada Newcastle "mesogénica", es la forma más grave que se encuentra en los Estados Unidos. Esta es la forma que llamamos enfermedad de Newcastle en esta discusión.

La enfermedad de Newcastle es altamente contagiosa. Todas las aves del lote se infectan en 3 a 4 días. El virus puede transmitirse por equipos contaminados, calzado, ropa y pájaros que vuelan líbremente. 

Durante la etapa respiratoria activa, puede transmitirse por el aire aunque se cree que el virus no puede desplazarse grandes distancias por este medio. Las aves recuperadas no son consideradas portadoras y el virus no sobrevive más de 30 días en las instalaciones.

Los signos de la enfermedad de Newcastle no son tan diferentes de aquellos de otras enfermedades respiratorias. Los que se observan con más frecuencia son descarga nasal, excesiva mucosidad en la tráquea, sacos aéreos congestionados, estertores en los pasajes pulmonares y nubosidad en la córnea.

En los pollos, comienza con respiración dificultosa, jadeo y estornudos. Esta fase dura de 10 a 14 días y puede continuar con síntomas nerviosos. Cuando éstos se desarrollan pueden consistir en parálisis de una o ambas alas y patas, cabeza y cuello torcido. Muchas veces la cabeza se dobla hacia atrás, sobre la espalda o hacia adelante, entre las patas. La mortalidad varía desde cero hasta pérdida total del lote.

En las aves adultas, predominan los síntomas respiratorios y es raro que aparezcan desórdenes nerviosos. Si el lote es de ponedoras, la producción de huevos cae rápidamente. Cuando esto ocurre, toma 4 semanas o más para que se recupere nuevamente la producción. 

Durante el brote se producen huevos pequeños, de cáscara blanda, decolorados y de forma irregular. La mortalidad en aves adultas es baja pero, según la cepa del virus, puede llegar a ser alta.

En los pavos, los síntomas suelen ser suaves y pueden pasar desapercibidos, a no ser que aparezcan trastornos nerviosos. Durante un brote, las pavas producen huevos de color blanco calizo. En los lotes de cría la pérdida económica principal se debe a la disminución de la producción.

La historia del lote, los signos de desórdenes respiratorios nerviosos y otras lesiones típicas, son suficientes para un diagnóstico tentativo. Sin embargo, la enfermedad no se puede diferenciar de la bronquitis infecciosa y otras infecciones respiratorias, excepto por métodos de laboratorio.

Se usa ampliamente la vacunación, siendo éste el método preventivo recomendado. Hay varios tipos de vacunas pero las más eficientes y ampliamente usadas son la vacuna llamada B1, vacuna de virus vivo atenuado y la tipo La Sota. Las vacunas se pueden aplicar en forma de gota nasal u ocular, en el agua de bebida o en spray.

Los pollos de engorde se suelen vacunar cuando tienen de 7 a 10 días de edad. Las pollas que se van a conservar para producción de huevos se vacunan por lo menos 3 veces. Las vacunas se suelen aplicar cuando las pollas tienen aproximadamente 7 días, luego a las 4 semanas aproximadamente, y la tercera dosis a los 4 meses de edad. Las gallinas se revacunan mientras están en producción.

Con los pavos no se suele vacunar tanto y se hace para proteger los huevos en los lotes de reproductores, con una dosis de vacuna de virus vivo atenuado aplicada después de seleccionar las pavas que se van a dedicar a la reproducción.

No hay tratamiento para la enfermedad de Newcastle. Ella no respeta ni siquiera los mejores programas de manejo, pero la aplicación de buenas prácticas de "bioseguridad" ayudan a disminuir la posibilidad a la exposición al virus.

Fuente: Revista Avícola.

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