Manejo del Suelo
El sorgo es moderadamente tolerante a suelos con alguna
salinidad y/o alcalinidad, siendo su comportamiento ante estas
condiciones mejor
que la de otros cultivos como maní, soja y maíz.
Rotaciones
Los principales beneficios de la inclusión del sorgo en las
rotaciones de cultivos son resultantes de la alta cantidad
de rastrojo que deja y su lenta descomposición (relación
carbono / nitrógeno). Esto permite por un lado contribuir
al contenido de materia orgánica del suelo y por otro,
mediante labranza conservacionista, es decir, manteniendo
rastrojos en superficie, disminuir las pérdidas de agua del
suelo por evaporación, mejorando la infiltración de agua.
En la región pampeana se han registrado incrementos promedios
del 20 al 30% en los rendimientos de soja cuando se hace rotación
con sorgo, respecto al monocultivo de soja.
El consumo de Nitrógeno del cultivo y la temporaria
inmovilización del mismo provocada por el aporte de rastrojo,
pierde toda importancia si en la rotación suceden al sorgo
especies leguminosas como soja o maní. Si después de sorgo se
siembran especies no
leguminosas como trigo, maíz o girasol, entre otras, deben ser
adecuadamente fertilizadas.
En la rotación conviene que el sorgo se ubique preferentemente
después de especies leguminosas, para reducir el uso de
fertilizantes nitrogenados. Por ello, pasturas a base de alfalfa
o cultivos como maní o soja son excelentes antecesores.
Si bien, según zonas y sistemas de producción, las posibles
secuencias son muchas, algunos ejemplos recomendados son:
Sorgo - Soja
Sorgo - Soja -
Maíz - Maní
Trigo / Soja de
segunda - Sorgo - Soja de primera
Pastura - Sorgo
- Soja - Maíz - Soja
Sistemas de
labranza y preparación de la cama de siembra
El objetivo de una
buena cama de siembra es el de proveer un ambiente óptimo
para la germinación y establecimiento de la plántula.
Deben evitarse las capas endurecidas o pisos de arados a fin
de asegurarse un buen arraigamiento, indispensable para una
buena implantación del cultivo, facilitando el anclaje de la
planta y una mayor absorción de nutrientes y de agua.
Es muy importante que la semilla sea ubicada en un suelo
uniforme, firme y húmedo, y cubierta luego por tierra mullida
y libre de malezas.
La preparación de la cama de siembra se puede hacer tanto
mediante labranza convencional como reducida (en todas sus
alternativas y en siembra directa).
En la
labranza convencional se utiliza como principal herramienta el
arado de rejas o de discos, seguido por labores para refinar
el suelo sin rastrojo en superficie.
El uso continuo de este sistema produce un deterioro de las
condiciones físicas del suelo, predisponiéndolo a la erosión
y pérdida de agua, por lo que no es recomendable.
Por ello, está siendo sustituido por sistemas
conservacionistas de labranza.
La labranza reducida bajo cubierta se caracteriza por el uso
de implementos que mantienen en superficie la mayor cantidad
de rastrojo posible.
La labor principal se realiza generalmente con cincel, y para
las labores complementarias se emplean cultivador de campo y/o
rastra doble acción.
Preparación
del suelo -
Sistemas de Labranza
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Convencional
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Conservacionista
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Ventajas
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Ventajas
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Es más fácil.
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Aumenta la materia orgánica del suelo.
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El suelo alcanza la temperatura
de siembra más rápidamente.
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Previene la erosión por viento o agua.
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Mayor fertilidad actual.
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No se forma piso de arado.
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Mayor control mecánico de malezas.
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Mejora la retención e infiltración de agua.
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Simplifica el control de insectos.
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Disminuye la pérdida de agua por
evaporación.
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Menor costo de potencia por hectárea.
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Inconvenientes
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Inconvenietes
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El suelo queda expuesto a erosión.
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Requiere una planificación más precisa.
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Se forma piso de arado.
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Complica la aplicación de herbicidas e
insecticidas al suelo.
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Puede encostrarse con lluvias después de la
siembra, dificultando la emergencia.
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Prevalencia de malezas perennes.
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Mayor requerimiento de potencia.
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Prevalencia de malezas anuales.
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En el sistema de
labranza cero no se realizan labores previas a la siembra,
efectuando sólo control químico de malezas.
Está demostrado que en los sistemas de labranza que dejan una
cubierta de rastrojo en superficie, los rendimientos aumentan
y son más estables
en el tiempo, siempre que se haga un eficiente control de
malezas y una adecuada fertilización.
Fuente: Manual del
Cultivo de Sorgo, Cargill.
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