Girasol: Un análisis retrospectivo

Situación Nacional

La evolución del cultivo ha tenido una tendencia francamente creciente en el país. El aumento en la producción obedece tanto al incremento de la superficie sembrada como al de la productividad física por unidad de superficie.

La aparición, primero, del híbrido (1972), su rápida adopción y el avance actual de la nueva tecnología que conlleva, explican el creciente aumento de los rendimientos. Por otra parte, nuevos híbridos adaptados más recientemente a zonas marginales, favorecieron la expansión de las áreas cultivadas en ellas.

En las principales provincias (Buenos Aires, Córdoba, La Pampa y Santa Fe), se advierte similar situación a lo observado a nivel Nacional. En todas ellas se advierte un aumento productivo de magnitud variable y en general motorizado por crecimientos en los rindes y en las áreas cosechadas.

Buenos Aires es la principal provincia productora, con un ritmo creciente en el volumen producido, como consecuencia de los aumentos de los rindes medios y en la superficie cosechada.

Similar escenario se observa en Córdoba, aunque es dable destacar que la productividad física por hectárea es menor que la de la anterior provincia.

La producción en La Pampa revela un comportamiento significativo con elevado gradiente de crecimiento impulsado por el aumento del área cosechada.

En Santa Fe, la tendencia de la producción, si bien es creciente no es tan notable como en las provincias precedentes, aunque sí son los rindes. La incorporación de las nuevas áreas al cultivo en la zona sur santafesina con obtención de elevadas y estables productividades unitarias, determinaron estos crecimientos en las medias trienales. Los volúmenes que se han logrado se correlacionan más con esta variable, ya que la superficie recolectable tiene bruscas oscilaciones y con tendencias decrecientes en las zonas del norte y en el marco norte provincial.

Oeste de Buenos Aires

El Oeste de Buenos Aires es la región que concentra la mayor superficie cosechada.

Cuenta con un diferencial de suelos en sentido noreste oeste (francos en la primera y cada vez más arenosos en la segunda). En muchos casos la estructura del suelo sufre una rápida pérdida disminuyendo su capacidad de retención de agua.

Por otra parte, ha entrado una firme competencia con el maíz y la soja, aunque el aumento de la humedad edáfica y el creciente empleo de agroquímicos y material de origen híbrido mejorado, determinaron que la productividad física haya crecido también sostenidamente, aunque en algunos periodos haya bruscas oscilaciones como consecuencia de periodos secos.

Sudeste de Buenos Aires

La región participa con casi el 30% de la producción provincial. La superficie cosechada tiene una tendencia positiva aunque de menor magnitud que en la zona anterior.

En términos amplios el aumento de la producción se correlaciona con el crecimiento de los rindes ya que la superficie destinada a la recolección presenta una tendencia lineal atenuada. Esta situación se presenta no obstante que a que la zona se caracteriza por presentar años con abundante humedad edáfica y ambiental, favoreciendo el ataque de enfermedades de origen fúngico de efectos limitantes en los rendimientos. Este oleaginoso encuentra competencia por el uso del suelo con el maíz, con productividades altas y seguridad de cosecha al aparecer variedades de ciclo precoz. Esta circunstancia a limitado en parte la superficie destinada al oleaginoso.

Norte de Buenos Aires

Si bien su participación en cuanto a la superficie cosechada y a la producción se refiere, es escasa a nivel provincial, merece destacarse que es una de las zonas en la cual más aumentado la productividad en los últimos años.

Es una región prácticamente agrícola especializada en tres cultivos fundamentales: el maíz, la soja y el trigo. La agriculturización sostenida en le tiempo que soporto esta región provocó cambios negativos de importancia en la estructura física y química de los suelos, obligando a la búsqueda de cultivos alternativos. El girasol fue uno de ellos ocupando al principio lotes no aptos especialmente para el maíz. La incorporación se material híbrido y el cultivo en lotes con mejor fertilidad posibilitaron los incrementos en los rindes del oleaginoso.

Quizás la producción presente más dependencia en el futuro de los aumentos de las productividades unitarias más que de las áreas implantadas.

Sudoeste de Buenos Aires

Hace ya varios años la producción y la superficie fueron aumentado en cuanto a la participación del contexto provincial se refiere. Los mayores volúmenes de grano se asocian a la expansión de las siembras y el alza en productividad media. Esto ha sido así porque paulatinamente el girasol fue ocupando suelos tradicionalmente de uso ganadero, si bien la expansión comenzó a frenarse en los últimos años por la recuperación de esta actividad.

Observando la evolución de los rindes, se aprecia elevadas fluctuaciones debido a la irregularidad del régimen pluviométrico. Por otra parte, la superficie girasolera aquí está condicionada al trigo: altas superficies de este cereal limitan la del oleaginoso, dado que la secuencia típica zonal es trigo-girasol. Por ello es que se ven altibajos significativos en la superficie cosechada.

La tasa de crecimiento de la productividad unitaria ha sido baja: por ello se estima que la producción dependerá en mayor medida en el futuro de la superficie implantada.

Sur de Córdoba-Norte de La Pampa

Comprende una amplia región donde predominan los suelos arenosos con valores cada vez más altos hacia el oeste, y con propensión a la escasa estabilidad estructural.

En los últimos años el área aumento, si bien correlacionada en mayor medida por los crecimientos habidos en el norte de La Pampa (especialmente en los departamentos que lindan con el oeste de Buenos Aires). La mayor disponibilidad de humedad edáfica determinó que los rindes crecieran también significativamente.

Sin embargo, la actividad ganadera asociada a la siembra del maíz con fines forrajeros es la principal competencia de la superficie dedicada al oleaginoso, por lo que en definitiva serán las condiciones meteorológicas las que determinen el futuro del cultivo en esta región.

Sur de Santa Fe

Esta región que casi comprende todo el departamento de General López, si bien tiene una escasa participación en el total productivo nacional, se destacado por mostrar un avance en la superficie cosechada. Varios son los motivos de este aumento, mereciendo citarse los explosivos aumentos de los rendimientos, el desplazamiento del sorgo en sudzonas secas y como reemplazo de la secuencia trigo-soja en ciertas ocasiones.

La combinación de esta variable con el firme avance de la productividad unitaria, determinaron importantes crecimientos relativos de los volúmenes de la semilla.

Zona del Centro-Norte de Santa Fe

Comprende una tradicional zona de girasol, que no presenta limitaciones climáticas importantes dado que un elevado porcentaje de las precipitaciones se producen en el periodo comprendido entre la siembra y la cosecha del cultivo. Sin embargo, su irregularidad y a veces su oportunidad es una de la limitantes más serias para su rendimiento. Paulatinamente esta región va perdiendo importancia relativa en el contexto del país. Este elemento meteorológico limita la obtención de los rindes que distan en mucho de los potenciales para la región.

El cultivo compite aquí con el maíz, el sorgo y el trigo sin dejar de considerar la importancia que tiene en la zona la actividad ganadera.

Lo errático de los rindes y la competencia señalada determinan bruscas fluctuaciones en la superficie cosechada, la que decrece ostensiblemente en este lapso. Por lo tanto, los incrementos en los volúmenes del grano se asocian preferentemente al aumento de las productividades físicas medias.

Fuente: INTA, 1999.

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