Enfermedad de
Aujeszky
La enfermedad de
Aujeszky (AD), también conocida como pseudorrabia, es una
enfermedad infecciosa producida por el Herpes virus porcino tipo I
(HVP-I). Se encuentra ampliamente distribuida a nivel mundial
produciendo enormes pérdidas económicas en el sector porcino, ya
que produce alta mortalidad entre los lechones neonatos y reducción
de la ganancia de peso de los cerdos de engorde.
La severidad de la
enfermedad va a depender de la virulencia y dosis de la cepa viral
que este afectando a los animales, edad y estado inmune de los
cerdos. Así tenemos que puede expresarse como una enfermedad de rápida
difusión en cerdos de todas las edades o en forma inaparente
siendo solamente detectada cuando se realiza un estudio serológico.
La forma respiratoria se caracteriza por ser de alta morbilidad y
de baja mortalidad, fiebre, depresión, anorexia, estornudos, tos
y dispnea.
El agente causal es
un herpesvirus (virus ADN) formado por una nucleocápside y una
envoltura de lipoproteínas y glicoproteínas. Las glicoproteínas
gpE (antes gpI), gpC (gpIII) y gpG (gpX), no esenciales para el
virus, se están empleando hoy día como marcadores antigénicos
de cepas de virus utilizadas en vacunas comerciales.
La respuesta
inmunitaria al virus de la enfermedad de Aujeszky, bien sea tras
la infección natural o la vacunación, produce el desarrollo de
anticuerpos. Estos anticuerpos son capaces de neutralizar los
viriones presentes en los fluidos corporales pero no pueden
eliminar las células infectadas ni alterar el ciclo de replicación
vírico una vez que éste se ha instaurado.
Por tanto, la
inducción de una respuesta humoral resultará útil para
disminuir la gravedad de los síntomas en un animal infectado o
para proteger la vía de entrada del virus a nivel de mucosas,
aunque las IgA mucosales juegan un papel secundario en los
mecanismos de protección frente a este virus.
En los últimos años,
el uso de nuevas vacunas que poseen marcadores serológicos
estables, conjuntamente con técnicas de diagnóstico que permiten
diferenciar entre los animales infectados con el virus de campo, y
los animales vacunados con dichas vacunas, está permitiendo que
algunos países hayan iniciado programas combinados de vacunación-erradicación.
El control de la
enfermedad de Aujeszky incluye el uso de análisis serológicos
(monitoreo y perfiles) y programas de vacunación.
Desde hace años,
los métodos de control de la infección se fundamentan en el uso
de vacunas inactivadas (cada vez con menos uso) o atenuadas. En la
década de los 80, aparecieron vacunas elaboradas a partir de
cepas víricas a las que se les habían eliminado genes que
codifican para una o varias proteínas. El uso de estas vacunas,
conocidas como vacunas delectadas, permiten la diferenciación
serológica entre animales infectados y vacunados.
Debemos recalcar
que la vacunación protege al lechón de la aparición de los
signos clínicos de la enfermedad, además de reducir la excreción
viral, más no evita, frente a una alta exposición, la infección
al virus de campo y, por ende, la aparición de anticuerpos frente
a la glicoproteína E (gpI), de allí la importancia del manejo y
las medidas de bioseguridad que se realicen en la granja.
El uso de los
perfiles serológicos es una medida importante que nos permite
conocer la duración de los anticuerpos maternales en el lechón y
por ende, nos permite establecer la edad de vacunación del
animal. En los casos que se establezca un plan de erradicación,
los lechones deben ser vacunados con dos dosis, con intervalo de
un mes entre la 1º y 2º dosis.
Sin olvidar que se
debe llevar un manejo todo dentro-todo fuera con excelentes normas
de higiene para evitar que se produzca estrés en los animales y
que puedan infectarse con el virus de campo, lo que trae como
consecuencia la no consecución de los objetivos del programa.
Se debe garantizar
la buena inmunidad de todo el plantel de reposición y eliminar a
los seropositivos. Los cerdos reproductores deben ser vacunados
como mínimo tres veces al año y evaluados serológicamente
(monitoreo) con eliminación de los seropositivos.
Debemos tener bien
claro que un programa de vacunación no nos llevará a una
erradicación de la enfermedad en el rebaño, sino se lleva un
manejo todo dentro-todo fuera y un programa de monitoreo serológico
previos y posteriores a la vacunación, ya que los mismos aportan
datos muy valiosos solo sobre la situación de la enfermedad y los
alcances del programa de erradicación en la granja.
Referente a la
interpretación de los resultados serológicos de laboratorio en
el contexto de las campañas de control de la enfermedad de
Aujeszky, existe la posibilidad de que en algún momento pueda
producirse la aparición de posibles resultados falsos positivos o
falsos negativos.
Las causas que podrían
originarlos serían muy diversas, entre ellas: La posibilidad de
que apareciera un lote de un kit o una parte de él (o incluso una
placa o parte de ella) que pueda ser defectuoso.
Otros problemas
podrían surgir como resultado de un mal manejo de los propios
reactivos que componen el kit, ya sea en el envío o en el punto
de destino.
La gran mayoría de
estos problemas se detectan fácilmente si se han utilizado los
controles positivos y negativos que adjunta el kit. Ningún
Kit de Diagnóstico debe utilizarse sin incluir los controles
positivos y negativos de ese kit.
Otra posibilidad y
no sería un problema de la técnica como tal, es que realmente se
estén detectando animales gpE (gpI) positivos, que hubieran
sufrido infecciones antiguas o recientes debidas a un mal manejo
de los animales (no se lleva un manejo todo dentro-todo fuera), de
los planes de vacunación (aplicación de una sola dosis en los
cerdos de ceba en granjas con alta prevalencia viral, fallas
vacunales), y de los estudios serológicos de los cerdos de
reemplazo.
En este sentido hay
que tener en cuenta que los anticuerpos anti-gpI, perduran en el
animal más de un año, y probablemente toda su vida. La realización
de muestreos serológicos previos (seroperfiles) al programa de
vacunación pondrá en evidencia a estos animales evitando así
este tipo de problemas.
Otra posible causa
puede venir de la utilización de un kit de un lote defectuoso o
de que alguno no sea compatible con las vacunas que se están
utilizando en el campo y el kit de diagnóstico que se esté
utilizando.
Una recomendación
es que los sueros con resultados problemáticos, deben ser
contrastados utilizando un kit de una casa comercial diferente. En
nuestro país, solamente disponemos de un tipo de kit por lo que
esta recomendación no es, por los momentos, factible de
realizarse.
De realizarse un
plan de control de la enfermedad de Aujeszky, debemos pensar
seriamente en su erradicación. Teniendo en cuenta ciertas
consideraciones para poder obtener las metas de esta erradicación;
dentro de ellas tenemos:
• Determinación
de la prevalencia: los programas de erradicación de la
enfermedad de Aujeszky deben ser en forma zonal y en aquellas
zonas con alta prevalencia debe implicar a todas las granjas de la
zona dada, sin olvidar que el plan de erradicación de la
enfermedad debe ser de carácter nacional.
• Labor de
extensión: es necesario crear conciencia en el productor de
los beneficios que va a obtener de la aplicación de un programa
eficiente de la erradicación de la enfermedad de Aujeszky, explicándoles
sobre la utilidad de los planes de vacunación, manejo de la
vacuna, continuidad de estos procesos, que son y como se aplican
los sistemas de producción de multisitios, manejo de la granja,
manejo todo dentro-todo fuera etc.
• Tipo de
vacuna: se debe utilizar una vacuna viva delectada y por nada
se debe permitir la entrada de una cepa vacunal que no tenga una
delección para la misma glicoproteína; es decir, si se comienza
un plan de vacunación con una cepa delectada para la
glicoproteina E (gpI), cualquier otra vacuna que se llegue a
utilizar debe estar constituida por una cepa vacunal que también
este delectada en ésta glicoproteína.
• La vacunación
de los cerdos de engorde: debe ser con dos dosis para evitar
la excreción viral, está demostrado que con una sola dosis los
animales pueden ser infectados y excretar el virus a los 100 días
de edad.
• Uso de los
perfiles serológicos: es una medida importante que nos
permite conocer la duración de los anticuerpos maternales en el
lechón y por ende, nos permite establecer la edad de vacunación
del lechón.
• Monitoreo
serológico: Se debe garantizar la buena inmunidad de todo el
plantel de reposición y eliminar a los seropositivos.
• Vacunación
de los cerdos reproductores: Los cerdos reproductores deben
ser vacunados como mínimo tres veces al año y evaluados serológicamente
con eliminación de los seropositivos.
Apuntes del
Congreso realizado en la UNRC