Claves para el servicio a campo
A partir de
diciembre el servicio de los toros ya debería haberse iniciado en la mayoría
de los campos de nuestro país. Por esto es conveniente destacar algunas pautas
de manejo tendientes a hacer más eficiente dicho servicio con el fin de obtener
mayores porcentajes de preñez en los rodeos y así lograr una ganadería de cría
más eficiente.
Algunas pautas son:
1) El porcentajes de toros a largar en el servicio: este ítem es
sumamente importante ya que dependerá de distintos factores como lo son el tamaño
de los potreros, la presencia o no de monte, si se trata de campos llanos o de
sierras, de la disponibilidad de agua en uno o varios puntos y de la edad y raza
de los toros.
En potreros chicos, llanos y desmontados con una única fuente de provisión de
agua, se podría utilizar un dos por ciento de toros, los cuales pueden
incluirse de escasa edad (15 a 18 meses). Mientras que en el otro extremo en
campos de potreros más grandes (mil o más hectáreas), con monte de sierra,
con múltiples fuentes de agua, se deberá largar a servicio entre un siete a un
nueve por ciento de toros, ya que es poco probable el agrupamiento de las
hembras y por ende, cada tropilla de vacas necesitaría contar con un toro.
2) La edad de los toros: si bien ya se comentó algo en el ítem
anterior, es necesario ampliar este aspecto. Por lo general en los campos
marginales como lo son los del norte del país, o los campos de sierra y faldeo
de nuestra provincia, es conveniente el uso de toros "ya hechos" de
tres años con su desarrollo ya completado, es decir con su estructura ósteomuscular
ya definida.
Es preferible el uso de esta categoría de toros en estos campos ya que
normalmente la baja disponibilidad forrajera en las zonas marginales impedirá
que toros de temprana edad (20 a 24 meses) puedan cubrir sus requerimientos
nutricionales de crecimiento y su función reproductiva eficientemente y se
arruinarían en su primer servicio.
Por lo cual, si se compran toros de dos años
para estos campos, se debe considerar que a la baja oferta forrajera se le suma
que esta categoría de toros se encuentra cortando el primer par de dientes y
por consiguiente sus encías están doloridas lo que agrava su cosecha de
forraje.
Por esto es necesario suplementar su alimentación para completar el desarrollo
necesario que debe tener un toro al final del servicio.
Si los potreros son llanos, chicos y con buena
oferta forrajera, para obtener el mismo índice de preñez que se obtendría con
toros adultos. Se puede pensar en ingresar toros chicos de 15 a 18 meses con
edad mínima a su primer servicio.
La edad máxima que puede tener un toro para desempeñar su función
reproductiva eficientemente es muy variable. Lo normal es que en promedio duren
entre cinco y siete temporadas reproductivas, pero se encuentran toros de 12 a
13 años con nueve o 10 temporadas reproductivas que aún están patos.
Se debe destacar que la principal causa de
descarta de los toros no es la edad ni las enfermedades venéreas, sino los
traumatismos que sufren en su vida útil en el prepucio y el pene.
3) Manejo del orden social dominante de los toros: en todo rodeo los
toros establecen una relación de dominancia/sometimiento en la cual los toros
adultos más jóvenes dominan a los más viejos a los muy jóvenes. Este orden
social hace que un pequeño número de toros cubran un mayor número de vacas y
que los mismos impidan que los toros se acerquen a las hembras.
Esta característica también se refleja en la
prioridad para tomar agua.
El inconveniente de esto radica en que uno o dos toros dominantes congreguen
cada uno a cuatro o cinco vacas en celo cuando en realidad tienen capacidad para
servir de a una a tres vacas cada uno, provocando que los restantes queden sin
servicio ya que no dejan que los demás toros se acerquen.
Ese hecho produce que el celo se pase y se deba
esperar 21 días más para que las vacas repitan nuevamente su ciclo, con el
consiguiente atraso de la parición. Esto se atenúa categorizando los toros según
la edad, peso y estado corporal similares. Esta categorización ayudará también
a evitar que se ocasionen lesiones irreversibles en los toros más débiles.
Otro aspecto a considerar es el servicio de la vaquillonas de primera parición.
Es común escuchar que a estas vaquillonas se las
debe entorar con toros que tengan experiencia. Desde el punto de vista
reproductivo, este argumento es válido. Pero desde el punto sanitario es más
conveniente entorarlas con toros vírgenes que impidan la diseminación de
enfermedades venéreas que pueden haber adquirido los toros adultos en
temporadas anteriores.
4) Reemplazo o recambio de los toros durante el servicio: otra práctica
realizada durante el servicio es el reemplazo de otros lastimados o golpeados
con el fin de mantener el porcentaje adecuado de toros en servicio.
Esto trae aparejado posibles traumatismos en el
toro que ingresa ya que el orden social establecido no será aceptado por los
toros que ingresaron primero.
Otra alternativa de recambio se da en toros que si bien están sanos se
adelgazaron en demasía durante el servicio.
Esta práctica adolece del mismo defecto mencionado anteriormente por el riesgo
de traumatismo que conlleva. Lo ideal sería efectuar el cambio total de los
toros, es decir que de los ingresaron primeramente no quede ninguno para que los
nuevos ingresos se establezca un nuevo orden social de dominaciones tan
acentuadas.
5) Pruebas de capacidad de servicio o pruebas de servicio: la prueba de
capacidad de servicio consiste en observar la cantidad de servicio que realiza
un toro en un lapso de tiempo que oscila entre los 20 y 30 minutos. Esta prueba
nos indica acerca de la lívido que posee un toro y por ende de la capacidad de
cubrir un mayor o menor número de hembras.
En razas británicas o continentales esta técnica
es factible de realizar y nos permite realizar una buena evaluación de los
toros. Sin embargo, la técnica no es del todo aplicable en razas cebuinas o
derivadas, pues la lívido de un toro con sangre cebuinas puede enmascararse con
indocilidad, timidez o por la presencia de gente en la aplicación de la técnica,
pudiendo incurrir en el error de decir que un toro no tiene suficiente libido o
que su capacidad de monta es reducida.
Frente a estas razas es más objetivo efectuar una prueba de servicio sin contar
con un tiempo determinado y la misma consiste en exponer los toros a hembras en
celo (a corral en el potrero) y observar si al menos realiza un servicio
efectivo, sin evaluar ni cantidad ni tiempo.
Reproducción animal
Aspectos sanitarios para tener en cuenta
En el aspecto sanitario, antes de comenzar el servicios, se debe:
* Vacunar a los toros contra las enfermedades reproductivas comunes como
leptospirosis, vibriosis, IBR, enfermedad mucosa DV con doble dosis a intervalo
de 15 días entre sí.
* Examinar el aparato locomotor, para lo cual se deberá tener en cuenta la
deformación de las pezuñas, presencia de callos interdigitales, vejigas
(artritis) en los garrones.
* Controlar su visión, ya que es el sentido que interviene, principalmente, en
la detección por parte de los toros de las hembras en celo y que ayuda a las
feromonas (hormonas sexuales olfativas) en la detección de las hembras en celo.
Por esto es importante la detección de los toros con la visión reducida por
queratitis o manchas en sus ojos.
*Detectar la presencia de llagas o lesiones prepuciales que induzcan a la
formación de miasis que provocan inflamación y prolapsos de prepucio o fimosis
futuras, que llevan a la pérdida de los toros.
Es recomendable de revisación (en la manga) de
la mucosa prepucial al menos una vez cada 10 ó 15 días durante la temporada de
servicio para garantizar la vida útil de los toros.
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