Requerimientos minerales de
un rodeo
Azufre
No se conoce la cantidad exacta de Azufre que deben
contener las raciones para el ganado bovino de carne, pero se ha calculado en
apenas 0,1 % de la materia seca de la ración.
Las necesidades, son primordialmente, las que se
relacionan con la asimilación de los aminoácidos.
El Azufre puede agregarse a la dieta, en forma de
compuestos orgánicos, en estado inorgánico casi no se lo puede utilizar y de
los sulfatos se aprovecha una muy pequeña parte.
Las necesidades de Azufre de los rumiantes
cobraron interés para los investigadores, cuando se empezaron a utilizar
mayores cantidades de urea en las raciones destinadas al ganado bovino de carne.
Un buen suplemento con bajo
contenido de Azufre, se obtiene añadiendo 3 g de Azufre inorgánico a 100 g de
urea, o una parte de Azufre inorgánico a 15 partes de Nitrógeno proteico.
Sintomas de deficiencia
Los síntomas de la deficiencia de Azufre, son
similares a los que provoca la carencia de proteínas.
Calcio y Fosforo
Las necesidades de Calcio y Fósforo para el
ganado bovino en crecimiento y terminación, son calculadas sobre la base de las
necesidades corporales y de los microorganismos del rumen.
Las necesidades corporales del animal en proceso
de terminación se calculan según las necesidades de manutención de 2 g de Fósforo
y 1 g de Calcio por cada 100 g de proteínas.
El Fósforo necesario para el aumento de peso
previsto, se calcula sobre la base de 43,2 g de Fósforo por Kg. de proteína,
partiendo del supuesto de que el aprovechamiento de Calcio es 1,7 veces más que
el de Fósforo.
La cantidad de Calcio y Fósforo que pueden
proporcionar los distintos alimentos es muy variable. Hay que partir del supuesto
de que todas las dietas, contienen en promedio, un 70 % tanto de Calcio como de
Fósforo.
Para lograr importantes aumentos de peso y un
buen aprovechamiento de la ración, hay que tener en cuenta las necesidades de
los microorganismos del rumen.
Los datos existentes sobre este punto, hacen
pensar que las raciones para la terminación de alto contenido energético deberían
contener como mínimo el 0,22 % de Fósforo y otras raciones por lo menos el
0,18 %.
Se establece un nivel de Calcio mínimo, igual a
las necesidades de fósforo. Se demostró que una proporción tan alta como 2:1,
resulta beneficiosa para evitar cálculos urinarios.
Si se presenta este problema conviene aplicar
dosis de Calcio más altas, solo obtenibles con los QMD.
Las necesidades de los primeros 3 o 4 meses de
lactancia, se calculan sobre la base de una producción promedio diaria de 7,5
Kg. de leche.
Cuando se fijan las las necesidades totales para
la lactancia, se añaden a los requerimientos de manutención 2,2 g de Calcio y
1,6 g de Fósforo por Kg. de leche.
Es muy común, particularmente en las regiones
semiáridas, que los pastos y otras dietas constituidos por forrajes tengan un
bajo tenor de fósforo, puesto que en tal tipo de suelos este elemento es muy
escaso.
El contenido de Fósforo de los pastos comienza a
disminuir cuando éstos maduran y a menudo se registran deficiencias de fósforo
en ganado bovino que durante largos ha sido alimentado exclusivamente con
forrajes secos y maduros.
Los cereales, sus subproductos y los ingredientes
muy ricos en proteínas, no necesitan ningún suplemento de Fósforo, pues por
lo general lo contienen en cantidades más que suficientes para satisfacer las
necesidades del ganado bovino.
Suele ser recomendable agregar más Calcio del que se ha mencionado
anteriormente, para poder obtener una proporción equilibrada entre Calcio y Fósforo
en raciones con un alto contenido de concentrados y para que se reduzcan al mínimo
los problemas de cálculos urinarios en los animales de engorde.
Sintomas de deficiencia
Los primeros síntomas de la deficiencia de Fósforo
son:
-Pérdida del apetito.
-Descenso del nivel de Fósforo en la sangre y
menor proporción del aumento de peso. También disminuye la producción de leche
y se reduce la eficacia del aprovechamiento de la ración.
-Estos efectos van seguidos de apetito anormal, (
pica ), que suele ponerse de manifiesto cuando el animal comienza a masticar
diversos objetos y a comer tierra.
-Una prolongada carencia de Fósforo, da por
resultado, cambios óseos, cojera y rigidez de las articulaciones. Pueden
producirse fracturas de los huesos.
-Algunas de las denominaciones generales de los
transtornos óseos son: Raquitismo por carencia de Fósforo, (en los animales jóvenes),
osteomalacia, osteoporósis, osteitis fibrosa, ( en animales adultos).
La deficiencia de Calcio, es mucho menos común
que la de Fósforo. Los síntomas no son tan evidentes, pero la carencia grave
de Calcio, también ocasiona cambios óseos similares a los originados por la
deficiencia de Fósforo.
Cuando a los terneros en terminación se les dan
raciones abundantes en concentrados y cantidades limitadas de forrajes no
leguminosos, el Calcio que consumen, no es suficiente para un aumento óptimo de
peso y para el mejor desarrollo de los huesos.
Pero debido a las reservas del cuerpo, tienen
capacidad para tolerar la falta de Calcio durante un período prolongado de
tiempo, sin que presenten síntomas de deficiencia.
El tipo de forraje seco y maduro, constituido en
su mayor parte por gramíneas, por lo general, no contiene suficiente Calcio, lo
mismo que la paja de los cereales.
La adición de Calcio a una ración insuficiente,
para terneros en terminación, contribuye relativamente, (no hay gran
bioasimilación, salvo el caso de inyectables, monoquelatados ), al aumento de
peso, elevando el índice de aprovechamiento de la dieta, fortificando los
huesos y mejorando la calidad de carne para el mercado.
Agrobit.com
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