Apicultura: Un
emprendedor con trayectoria
Sergio Vilchez, apicultor, se inicio en el emprendimiento en el '80 con una cantidad de 7 colmenas. De a poco, fue
invirtiendo en la producción y creciendo a lo largo del tiempo en su actividad. Hoy tiene 700 colmenas en producción, logradas no solo con inversión proveniente de la apicultura sino, también, de otras fuentes. Su
especialidad, es exclusivamente, la producción de miel, aunque hace poco, también, está comercializando núcleos.
Recientemente es uno de los socios de la Sociedad de Economía Mixta: Mieles del Sur. El objetivo principal de esta sociedad es agregarle valor al producto, es decir, fraccionar para el mercado interno y externo.
"Es muy difícil crecer y vivir de la apicultura. Actualmente, yo tengo también otra actividad. No obstante, podría vivir de la apicultura con 700 colmenas.
De todas maneras hay distintos niveles de vida y, de acuerdo a ello, depende el porcentaje de colmenas que tengas que tener para poder vivir, es decir, de acuerdo a tus gastos y
expectativas de vida.
La inversión inicial no es demasiado, depende de con cuantas colmenas quieras iniciarte. Fundamentalmente,
tenés que tener en cuenta que un núcleo cuesta 30 pesos, más el material de madera y, sobre todo, para iniciarse es necesario un transporte. Por ejemplo, con 1000 pesos podes tener 10 colmenas en producción.
Mientras no se tengan los conocimientos indispensables para empezar con la actividad, lo adecuado es comenzar con pocas colmenas. Siempre se suele decir: "es conveniente empezar con 1 colmena para llegar 100 y no empezar con 100 para quedarse con 1, por no poseer los conocimientos necesarios", comentó Vilches.
¿Cuál es la situación de los mercados?
"El 95% de la producción argentina se exporta, no por productores sino por exportadores que son quienes nos compran. El consumo en el país es mínimo. El mayor consumo se manifiesta en Europa.
Argentina está posicionado, con respecto a los demás países exportadores, entre los primeros del mundo debido a la alta calidad y el prestigio de nuestras mieles.
El surgimiento en los últimos años de apicultores y la gran aceptación que tiene la actividad, es una de las cuestiones que va a tener sus consecuencias para nosotros.
Es sabido que, cuando empieza a jugar la ley de la oferta y la demanda, al haber mucha oferta los precios disminuyen. Yo creo que, en definitiva, cuando tengamos una
producción buena, es decir, un año bueno, con la cantidad de apicultores que hay en el país; los precios van a caer a límites que nos van a
perjudicar.
Desde ya que para un productor que se encuadre dentro de los marcos legales y técnicos óptimos para la apicultura no da una renta considerable.
Los rendimientos son relativos al clima, hay años en que son buenos y otros que no. Por ejemplo, el año pasado buenos rendimientos fueron considerados 50 kilos; y para esta cosecha que, aunque todavía no terminó, se prevé que van a ser menores, por lo menos en nuestra zona.
Para una producción de 500 a 700 colmenas, según un análisis de costos que estuve realizando, la miel estaría costando 0,80 centavos producirla.
Los precios que se manejan actualmente en la ciudad, es de 0,76 centavos más IVA y las perspectivas no son buenas. Hoy tenemos sobre nosotros una desventaja que es una
denuncia de los productores de Estados Unidos por un supuesto dumping que estaría haciendo la Argentina y, considerando que Estados Unidos junto con Alemania son los más grandes compradores de miel argentina, eso es muy importante para nosotros. Entre Alemania y Estados Unidos se llevan un 60% la producción argentina.
La ventaja principal, es que una actividad en la que se puede comenzar con poco capital y el tiempo de trabajo dedicado depende de la cantidad de colmenas que uno tenga, pero si uno empieza con pocas colmenas, también el tiempo es poco.
En cuanto a las desventajas, es que nosotros no podemos fijar los precios. Estos se fijan por negociaciones entre los exportadores nuestros y los compradores de otros países; porque como la mayoría de nosotros somos productores chicos y medianos y el tiempo que hay entre una cosecha y otra es bastante largo, cuando sacamos los primeros tambores la necesidad de vender es urgente y, bueno... en ese momento
tenés que vender a cualquier precio, porque es imposible retener para venderlo a un precio superior. Entonces, cuando uno tiene necesidad de vender, el comprador puede aprovecharse de esa oportunidad.
Obviamente, sería mucho más rentable si el productor mismo pudiera exportar, por el hecho de eliminar un
intermediario.
En cuanto al tema de asegurar la producción, sería agregar un gasto más que el
análisis de costos no soportaría".
karina Balussi
Agrobit.com