FOLKLORE    


Horno Criollo o Tatacuá

El Tatacuá del guaraní TATA –fuego y CÚA –agujero, cueva, son los clásicos hornitos de campaña, tan poco conocidos por todos.

“...no hay oficio más bizarro
que el de trabajo con barro.
Dios fue el primer alfarero
Y el hombre su primer cacharro...

A efectos de aclarar aspectos conocidos superficialmente por los 90% de los arquitectos (y no arquitectos), encaramos este análisis en diferentes partes, las que a continuación se detallan. 

De su Implantación 

Siendo el TATACÚA un motivo arquitectónico - escultórico - gastronómico con connotaciones tan caras a los argentinos, y estar injustamente relegado por el uso masivo de parrillas y asadores, corresponde replantear su reinserción en el contexto hogareño.

Así como toda obra está ligada a su entorno, el TATACÚA implica toda una filosofía de vida y de valores: mucho más cómodo es recurrir a los bruñidos hornos de acero inoxidable con encendido automático, visor, termostato,timbre y demás sofisticaciones impuestas por la sociedad de consumo y Gas del Estado.

Aquí planteamos otra cosa, la relación hombre-horno en forma equivalente a la de la navegación a vela, comparada con un viaje en transatlántico. 

Por eso, su ejecución y uso, implica la revisación y puesta en valor de una forma de vida estrechamente ligada, además a la ancestral costumbre de tomar mate (vulgo:ilex paraguaiensis saint hilaire).

Usar el TATACÚA, es equivalente en cierta medida al ritual del asadito, pero con el agregado de la sorpresa y el imponderable del vuelo a ciegas que nos contaba Saint Exupery.

¿Quién de nosotros recuerda haber participado de alguna comida salida de este TATACÚA? ¿Quién lo usó? ¿Quién no lo miró con desdén?

Considerar y ponderar su envolvente, significa replantear con cuidado su emplazamiento dentro del espacio hogareño. Su perímetro generará la envolvente propicia para la reunión familiar, la charla con los amigos y el placer de deleitarse con su contenido.

La “Outdoor recreation”, en sus variantes activa y pasiva, permiten así su objetivo de lograr el descanso y estímulo físico-mental de los usuarios.

Y todo esto, en el fondo de su casa, tal como informa la Universidad de Syracusa, Nueva York, Departamento de Bosques del Colegio Forestal.
 

De su Tecnología 

"Easy build": hágalo Ud. mismo. Su costo se amortiza sin indexación. Permite el "reciclaje" de todos sus materiales: tierra ceniza, bosta, 1 bolsa usada, palos, alambres y una chapa vieja.  

Materiales: Pedazos de ladrillos comunes y mezcla ligante hecha con tierra, ceniza y bosta equina, (preferentemente sequita) en proporción 1:1:1/2, con agregado de agua en relación 1:10. Recordar el viejo principio que dice que es  más perjudicial agregar un litro de agua que eliminar un kilogramo de bosta. 

Sistema Constructivo: Se realiza previamente una losa de base elevada entre 0,40 y 0,50 m. sobre nivel de piso, cota que está en función de la flexibilidad de la cintura del usuario. Esta base puede ser maciza o bien hueca para permitir guardar la leña en su interior.

Variante de "Madero": Se corta con un palo de igual longitud que el radio interno del TATACÚA deseado(usualmente entre 0,40 y 0,60 m).

Se lo vincula con un piolín al centro geométrico de la losa de base a partir de allí, con movimientos de rotación y traslación sobre el centro, y manteniendo tenso el palo, se genera una superficie virtual de doble curvatura tangente al extremo de ese palo. Si el usuario va colocando prolijamente en cada posición del radio los ladrillos y el ligante, materializará el casquete semiesférico llamado TATACÚA(En adelante el “T”) 

Variante de "Somsa": Técnica similar a la anterior reemplazando el palo por un alambre galvanizado del 18. Con las dos variantes, al colocar los ladrillos se deberá dejar prevista la abertura de la puerta y la del respiradero. 

Aberturas: Lleva una puerta de chapa de hierro de aproximadamente 0,40 x O,50 m usada para introducir el combustible y luego los comestibles. La misma se fija con un palo a su lugar "(FIG 2 y FIG.3) La otra abertura es un respiradero y consiste en la omisión de un ladrillo. Al cocinar se debe colocaron ese vano unido con un poco de barro, convirtiéndose en un ladrillo de “quita y pon" (Ver El ladrillo y yo, de Eladio Dieste, Edit Atlántida, R.O. Uruguay). 

Terminación: Se revoca exteriormente con la mezcla ligante toda la superficie. 

Nota: Dado el profundo conocimiento que se requiere tener de una vieja técnica conocida como "geometría descriptiva", se aconseja a las nuevas generaciones que no conocieron las delicias del Monge, que antes de intentar esta ejecución, se asesoren con arquitectos egresados de las viejas épocas en que todavía se enseñaba a dibujar. 
 

De su Funcionamiento

Una vez terminado de construir debe usarse según este sencillo instructivo. 

1-       Llenar la cavidad del T con leña de fácil combustión (el primer congreso Nacional de la Madera realizado en Corrientes en marzo del'77 aconseja a través del Instituto Forestal Nacional, el uso de maderas blandas, semiduras y dura de características organolépticas positivas).

2-       Prender el fuego y esperar la combustión hasta que queden cenizas. Si la superficie exterior del T se torna blanquecina, la cosa marcha.

3-       Al llegar al estado anterior, retirar prolijamente las cenizas y leñitas reticentes, con una pala, para no quemarse los dedos.

4-       Verificación de la temperatura. existen dos métodos tradicionales: 

4.1.:   método de "los Bunge": tirando un puñado de harina al piso del T, debe dorarse, caso contrario  está muy frío o muy caliente (se quema).
4.2.:   método de "Mitro": tirando una hoja de diario al interior, si flota en equilibrio, está a punto, si se quema hay que abrir el respiradero un rato: si no se quema hay que hacer más fuego.

5-       Alcanzada la temperatura óptima se introducen las proteínas y/o carbohidratos; se colocan la puerta y el respiradero, y luego la dulce espera. 

6-       Son importantes los accesorios requeridos para el uso correcto, tales como pala. un fierrito largo y un rastrillo común de jardinería. Nada compliqueti. 

De su Uso  

No tiene contraindicaciones. Pueden tratarse en su interior todo tipo de comidas: 
pan - pan dulce - galleta - bizcochos...
pizza - empanadas – chipá...
batatas - choclos - papas - carne vacuna - oveja - cerdo -jabalí-...
carpincho – pescados - dorados - mariscos...
aves - gallinas - pavos - patos - pollos...
ñandú – gorriones...
pasteles - mbaipu...
postres - flan - budín de pan... 

Cada especialidad requiere su tiempo y como la Fondue, cada una de ellas es una creación donde los juegos gástricos deben imaginar los frutos de cada composición. Aquí la topología combinatoria es infinita, más aún en manos hábiles que pueden llegar a combinarla fragancia de un pan dulce con una jugosa pata de cerdo a la naranja. Se aconseja, respetando las normas IRAM y los innumerables tratados de doña Petrona, realizar una experiencia gradual con el fin de lograr el "brevet" oficial.

Después de aproximadamente 40 horas de “T”, se alcanza el "Master” y ya se puede incursionar en las recetas más complejas, que pueden llegar al síndrome de la tatacúa-adicción aguda. Por las dudas y en esta etapa no conviene

Desdeñar tanto el confort ya instalado en la cocina hogareña. 

Se aconseja el uso nocturno del T, y especialmente en épocas frías, donde toda la preparación y cocción del fuego  obliga a saborear los sabios vinitos en la espera. 


Conclusión

Así como en el Bauhaus, Gropius, Mies y Cía.  partieron del diseño de una teterita para replantear todo un sistema (ver WG y el BAUHAUS de Argan ed NV, Bs. As), aquí intentamos con una mano puesta en el píloro el uso de un simpático elemento telúrico - folklórico - escultórico - gastronómico, relegado por ignorancia, y al que sistemáticamente asociamos como reflejo condicionado a la Clásica estampa del colegio primario, que se integra con el rancho, el aljibe y la paisanita con dos trenzas sobre el piso de tierra.

Asumámonos de una vez, y aceptémoslo así como a la parrilla y al asador, teniendo de aquí en más un elemento protagonista de nuestra "outdoor recreation” en nuestra intimidad familiar. 

Nota de redacción  

Este artículo que publicado en la Revista "Documentos de   Arquitectura Nacional" (DAN) Nº 6 del Depto. de Historia” de la Facultad de Arquitectura de la UNNE (Año 1978) Nos aclara el autor que a la fecha, sus conocimientos en la 

TATACUALOGÍA fueron enriquecidos y hoy le agregaría como complemento a su construcción la colocación de una capa de sal gruesa (de cocina) de 5 cm de espesor (aproxim. 2”)bajo su piso, puesto que ello aparentemente favorece la inercia térmica del horno una vez que  entró "en regimen". De este aporte tecnológico -manifiesta- no quedan dudas, y lo certifican innumerables testimonios que se remontan a relatos de la guerra con o Paraguay, donde las tropas para conseguir sal (que escaseaba), rompían prolijamente estos Tatacúa para conseguirla.

Agradeceremos del lector vincule el contenido de esta interesante nota del arquitecto Salas con la que oportunamente publicáramos en nuestra edición 279 del mes de agosto , ppdo. sobre "Cocina Criolla”, materializando la construcción del horno según las confiables directivas aquí expuestas. 

Autor: Arquitecto Andrés Salas

 

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